viernes, 10 de febrero de 2012

Claves para comprender la tensión diplomática sobre Malvinas


Por instrucción de la presidenta Cristina Kirchner, y en medio de una escalada de tensión diplomática entre Buenos Aires Londres, el canciller Héctor Timerman se reunirá este viernes en Nueva York con el presidente delConsejo de Seguridad de Naciones UnidasKodjo Menan, a quien le presentará la denuncia argentina contra “la militarización en el Atlántico Sur que está desplegando el Reino Unido”,  tras la decisión de Londres de enviar un poderoso buque destructor a las Malvinas.
Además, Timerman informará personalmente al presidente de la Asamblea General de la ONU, el embajador Nassir Abdulaziz Al-Nasser, y al secretario General del organismo, Ban Ki-moon, sobre la violación del Reino Unido de las cerca de 40 resoluciones de Naciones Unidas que convocan al diálogo a Londres y Buenos Aires,según informó la Cancilleria, en un comunicado de prensa.
Por su parte, el primer ministro británico, David Cameron, dijo este jueves que el Reino Unido "defenderá adecuadamente" las islas Malvinas (llamadas Falklands por los británicos e isleños) de cualquier ataque al derecho a la autodeterminación de sus habitantes. "Creo que Argentina se encontrará, cuando acuda a Naciones Unidas, con que es parte de su estatuto apoyar la autodeterminación", señaló en declaraciones hechas en Suecia, donde se encuentra de viaje oficial.

El contexto del reclamo, paso a paso

El próximo 2 de abril se cumplen 30 años del comienzo de la guerra que enfrentó a la Argentina con Gran Bretaña por la soberanía de las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur. En 1982 Argentina trató infructuosamente de recuperar la posesión del archipiélago, que está desde 1833 en manos británicas.

El conflicto armado comenzó luego de que el entonces presidente de facto Leopoldo Fortunato Galtieri decidiera que las Fuerzas Armadas argentinas desembarcaran en las islas.

En la guerra murieron cerca de 300 británicos y 700 argentinos, muchos de ellos jóvenes que hacían el servicio militar obligatorio y fueron a pelear en pésimas condiciones: además de sufrir por la falta de preparación militar, debieron soportar el frío y el hambre.

Ya en septiembre pasado, durante la Asamblea General de Naciones Unidas, la Presidenta había reclamado atención de este organismo sobre el incumplimiento por parte de Gran Bretaña de negociar sobre la soberanía argentina de Malvinas.

En las últimas semanas, la tensión entre ambos gobiernos se incrementó: el premier británico David Cameron tildó de “colonialista” a la Argentina, a lo que el canciller Timerman respondió que el país no contestaría ningún agravio de tipo militarista, y los países latinoamericanos expresaron su solidaridad con Argentina. Frente a la posibilidad de que creciera la confrontación, Cameron aprobó un plan de contingencia militar en el archipiélago ante la llegada del príncipe William en febrero próximo.

El senador Aníbal Fernández criticó en una entrevista con el diario Tiempo Argentino las declaraciones deCameron. "Es el primer ministro del gobierno británico y demuestra ser un enorme ignorante, y además con cero vocación de diplomacia internacional", afirmó.

En su reaparición pública el miércoles 25 de enero pasado, tras haberse sometido a una cirugía, la presidentaCristina Kirchner anunció la creación de una comisión para la difusión del informe Rattenbach, que enmarca un análisis y una evaluación de las responsabilidades políticas y la estrategia militar de la guerra. El documento fue creado por una comisión puesta en marcha el 2 de diciembre de 1982 por la Junta Militar: estuvo integrada por representantes de las tres armas y presidida por el teniente general del Ejército Benjamín Rattenbach, que realizó un pormenorizado estudio técnico con las órdenes que se dieron y con lo que hubiese correspondido hacer según establece el Reglamento Militar.

En noviembre y diciembre de 2011, en las cumbres de UNASUR y del Mercosur, los países miembros determinaron –y aún sostienen– que ninguno de sus puertos acepte barcos que enarbolen la “bandera ilegal de Malvinas”, medida que Gran Bretaña denunció como un bloqueo económico.

En enero pasado, el Departamento de Estado de los Estados Unidos difundió por escrito la postura del gobierno de Barack Obama: “El tema Malvinas es un asunto bilateral que debe de ser resuelto entre los gobiernos de Argentina y del Reino Unido”. A la vez, alienta a las partes a resolver sus diferencias a través del diálogo por los canales diplomáticos normales. Asimismo, agrega que los Estados Unidos “reconoce de hecho la administración del Reino Unido de las islas, pero no toma posición con respecto a la soberanía”.

La relevancia desde el punto de vista de las riquezas naturales de la zona cada vez son más claras. Las operadoras petroleras en el archipiélago avanzan exitosamente hacia la concreción de un importante objetivo en el Atlántico Sur: extraer crudo y gas natural antes de 2016. Desde el comienzo de la campaña exploradora en abril de 2010, la empresa Rockhopper Exploration ha hallado al menos tres áreas con alto potencial petrolero, con un volumen estimado en los 700 millones de barriles de crudo. Por otra parte, el domingo 22 de enero pasado, el periódico sensacionalista británico The Sun informó que la empresa Anadarko Petroleum –con sede en Houston, Texas, EE.UU. – pagaría unos 1.500 millones de dólares al gobierno británico para sumarse a la exploración de hidrocarburos en la plataforma submarina de las Islas.

Rumores indicaron en las últimas semasna que existiría la posibilidad de que la Argentina cancele los vuelos al archipiélago, con la intención de presionar a Inglaterra y abrir la posibilidad del diálogo. De ratificarse la medida, el Gobierno argentino impediría los vuelos de los aviones que van desde Chile al archipiélago una vez por semana. Este jueves, aproximandamente 60 de los 250 chilenos que viven en Malvinas se manifestaron en las islas, donde pidieron apoyo al presidente de su país, Sebastián Piñera, para que los vuelos de LAN no vayan a ser suspendidos por parte de la autoridad argentina. Chile ha mantenido en los últimos años su apoyo a las aspiraciones argentinas y, en diciembre, se sumó a la decisión del bloque del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) de prohibir la entrada a sus puertos de barcos con bandera de Malvinas.

El príncipe Guillermo, nieto de la
 reina Isabel II, comenzó a principios de febrero su entrenamiento de seis semanas como piloto de helicópteros de búsqueda y rescate en las Malvinas, donde realizará simulacros de asistencia.

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