martes, 31 de julio de 2012

Venezuela se incorporó formalmente al Mercosur

Cristina Kirchner dijo que "se fortalace la región más allá" del bloque; los mandatarios estuvieron reunidos más de una hora en Brasilia.


Tras la suspensión de Paraguay, llega Venezuela. La presidente argentina, Cristina Kirchner, junto a sus pares de Brasil, Dilma Rousseff, del Uruguay, José Mujica y de Venezuela, Hugo Chávez, acaban de finalizar una reunión en la ciudad de Brasilia en la que se formalizó el ingreso del país caribeño al Mercosur.
Luego del encuentro, en declaraciones a la prensa, la Presidenta afirmó que con el ingreso de Venezuela "se fortalece a la región más allá del Mercosur". Además, la mandataria, dijo que "se cierra la ecuación porque es la energía, los alimentos, los minerales y que se suma al conocimiento, al valor agregado y la industrialización" que tienen otros países y que se debe "construir para formar este espacio".
Previo a la reunión que se desarrolló en el Palacio del Planalto, de la capital brasileña, los mandatarios cumplieron con la foto oficial en la que de forma amistosa se estrecharon las manos conjuntamente.
Paraguay, otro de los países miembros del Mercosur, se encuentra suspendido tras la polémica destitución del presidente Fernando Lugo, que encumbró, por decisión del Senado guaraní, a Federico Franco.
La presidente brasileña, Dilma Rousseff, recibió esta mañana en el palacio del Planalto, en Brasilia, a su par venezolano Hugo Chávez, en el marco de la cumbre extraordinaria del Mercosur, que formalizaró el ingreso de Caracas al grupo tras seis años de espera.
En un encuentro privado, ambos presidentes firmaron un acuerdo para que Venezuela le compre a Brasil 20 aviones comerciales del fabricante Embraer por 900 millones de dólares.
Chávez y Rousseff se unirán posteriormente a la mandataria argentina Cristina Kirchner y al uruguayo José Mujica quienes aprobaron el ingreso de Venezuela después de suspender a Paraguay, el cuarto fundador del bloque, tras la destitución sumaria por el Congreso del ex presidente Fernando Lugo el 22 de junio pasado.
El Congreso paraguayo bloqueaba el ingreso de Venezuela desde 2006, cuando había sido aprobada su entrada.
"Todo esto le va a dar una fortaleza al Mercosur, además implica la unión, el engranaje de las más grandes reservas petroleras del mundo y gasíferas del mundo con el bloque que es el primer productor de alimentos de este planeta, el primer reservorio de biodiversidad, de agua dulce. Es una ecuación perfecta", señaló ayer Chávez al partir de Caracas hacia la capital brasileña.
Para el Mercosur la suma de Venezuela representa grandes ganancias. Sus probadas reservas petroleras de 296.000 millones de barriles de crudo, las mayores del mundo, se suman a los comprobados 14.240 millones de Brasil, donde los recientes descubrimientos en alta mar apuntan que habría más de 100.000 millones.
Venezuela tiene el cuarto PBI de América del Sur (US$ 315.800 millones) y es el cuarto país más populoso de la región (28 millones de habitantes), con lo que el Mercosur representará un mercado de 270 millones de personas (70% de la población de América del Sur), con un PBI para todo el bloque de 3,3 billones de dólares. Hoy, el flujo de comercio anual entre Venezuela y el Mercosur es de US$ 5860 millones (con un superávit para el bloque de unos US$ 4000 millones), mientras que el intercambio intra-Mercosur fue de US$ 47.227 millones en 2011.

lunes, 23 de julio de 2012

Túpac Yupanqui Explorador.


Durante el siglo XV, fueron los navegantes portugueses los que más habían ensanchado el mundo que conocía Occidente. A lo largo de esa centuria, los predecesores, contemporáneos y quienes siguieron el afán explorador de Enrique el Navegante o Vasco da Gama, en suma, habían tocado las costas del Brasil, bordeado prácticamente todo el litoral africano, tocado parte de las orillas de India y hecho algún escarceo por las costas de Groenlandia y América del Norte, lo que no era poca cosa.

Pero desde puertos aún ignorados por las metrópolis europeas, otros viajeros, sin contar con galeotes o instrumentos de medición tan sofisticados, iban haciendo sus propios trazos, a punta de balsas y velas, en ese vasto fresco geográfico que es el mapamundi. Y los antiguos peruanos no fueron precisamente ajenos al antiguo y venerable arte de hacerse a la mar. Túpac Yupanqui (1440-1485) -hijo de Pachacútec, décimo inca del Cusco y segundo emperador del Tahuantinsuyo- fue no solo el responsable de la más importante expansión territorial inca, sino además el líder de una expedición marina que marcaría un hito en la historia de la navegación, al haber arribado, por primera vez, a las islas de Mangareva y Pascua, convirtiéndose ni más ni menos que en el descubridor de Oceanía. Pero no sería esta la primera de sus aventuras oceánicas. 

Cuando se hallaba en pleno proceso expansionista por la costa norte del Pacífico, entre los actuales territorios de Perú y Ecuador, Yupanqui tuvo ocasión de conocer de cerca la habilidad para la navegación que tenían los lugareños y, más aun, basado en sus relatos, dedujo la posibilidad de que existieran tierras desconocidas en el centro del océano. Y no se equivocó, pues aquello que excitaba la imaginación del inca eran las Islas del Poniente. Rumbo a las Galápagos A 965 kilómetros de las costas de Ecuador se encuentran las islas Galápagos, un archipiélago de trece islas que distan entre 85 y 100 kilómetros entre sí. Su aspecto es volcánico, su flora pobre; pero su fauna, en conjunto, debe haber sido lo más cercano al paraíso que conoció Charles Darwin, el gran naturalista del siglo XIX. 

Pero algunos siglos antes, Túpac Yupanqui habría arribado a la Isabela, la isla mayor del conjunto, identificada en el imaginario mítico como Isla de Fuego o Ninachumbi, pero el inca no habría logrado dar con el oro ni las personas mencionadas por sus informantes, información que además corroboró el nigromante Antarqui, que acompañaba al inca en todos sus viajes. La Isabela, pues, estaba deshabitada. Yupanqui, por otro lado, tenía otras motivaciones para emprender este viaje, más allá del simple afán de riqueza. Una de ellas, acaso la más poderosa, era que en el mar del Hurín Pacha (mundo de los nacidos) moraba Kon Ticsi Huiracocha, de modo que el viaje encerraba también un propósito místico-religioso, ya que pretendía un encuentro con el Hacedor del Universo. 

Lo cierto, en todo caso, es que habría estado deambulando, maravillado, entre enormes tortugas, iguanas de más de un metro de longitud e imponentes lobos marinos, para no olvidar por lo menos veinte especies de aves, como cormoranes, rabihorcados, pájaros bobo o pinzones. Pero de oro nada y de Kon Ticsi menos. 

Es obvio que volver al Cusco solo con el recuerdo de una fauna extraña no correspondía a su investidura. Por eso decide proseguir su viaje, sin saber que cruzaba la línea equinoccial, para dirigirse a Auachumbi, la Isla de Afuera, que en realidad debe haber sido Terarequí, la más grande de las Islas de las Perlas, en mar panameño. Terarequí era llamada también Isla Rica, Isla del Rey e Isla de las Flores y en su "Décadas del Nuevo Mundo", el erudito italiano Pedro Mártir de Anglería aseguraba que allí podía uno pasársela opíparamente alimentado, debido a su abundancia de frutos, peces, ciervos, conejos y otros manjares en medio de su verdísima exhuberancia tropical. Y de esa misma isla, o tal vez de la costa panameña, debieron provenir los trofeos que exhibió el inca al retornar a la ciudad imperial: hombres de piel oscura -melanodermos, que pudo recoger también en Oceanía o en la Isla de Pascua- y cueros y restos de animales desconocidos, que algunos cronistas de Indias confundieron con un caballo.