Asia en la Actualidad
Por ello dejamos este articulo para la reflexion realizado por el : Raúl Allard Profesor Política Internacional PUCV. Miembro del directorio de la Empresa Portuaria Valparaíso y ex Director Nacional de Aduanas.
Este artículo, recoge a dos visiones sobre el ascenso del Asia en este contexto global, la de Kishore Mahbubani, destacado diplomático y cientista político de la Universidad Nacional de Singapur, en su ensayo “El Nuevo Hemisferio Asiático. El irresistible cambio del poder global hacia el Este”1 y un artículo del académico de Princeton, John Ikenberry, “El ascenso de China y el futuro de Occidente”2, en el último número de la influyente revista Foreign Affairs que tiene a China como tema central. Estas publicaciones, de comienzos del 2008, no relacionadas entre sí, nos ofrecen elementos importantes sobre la relación Asia-Occidente, una de las claves en el mundo global actual.
Diversos líderes e intelectuales occidentales, en Estados Unidos y en la Unión Europea, se refieren al sistema internacional actual como "peligroso".
Kishore Mahbubani, enfoca la situación en profundidad desde la perspectiva asiática, en su libro sobre, “El Nuevo Hemisferio Asiático….”. Se trata de una visión a la que estamos poco habituados, desarrollada sin dogmatismos, razonadamente pero con convencimiento y fuerza en la argumentación que es, a la vez, fundamentada y comprometida.
Para el autor, "el peligro" del que hablan los líderes occidentales esconde el temor por la pérdida de la hegemonía que ha mantenido occidente en el comercio mundial por más de 200 años. No debería temerse el ascenso del Asia y de nuevas potencias como China e India, una estrella emergente y aclara “que pocas sociedades asiáticas quieren desestabilizar hoy un sistema que las ha apoyado" (Mahbubani, página 2).
Diversos argumentos se entretejen para darnos esa mirada que el cientista político describe como optimista, en el sentido de que la emergencia asiática no debería significar un retroceso para el desarrollo y el orden mundial, por el contrario, un cambio hacia el oriente debería ser asumido como otros giros que se han sucedido a lo largo de la historia.
No entrega Mahbubani una posición cerrada. Reconoce los valores de la cultura y civilización occidental y su fuerza- la legitimidad democrática, el avance de las ciencias, los derechos humanos- y el dominio occidental de la economía global- 62% del PIB mundial con el 13.4% de la población, 73.8 % de las 500 empresas multinacionales más grandes.
Enfoca también lo que en su opinión es un no reconocimiento por Occidente de la magnitud de los cambios que están ocurriendo y ejemplifica con las organizaciones internacionales, políticas (Naciones Unidos y Consejo de Seguridad) y del plano económico (FMI, Banco Mundial, OMC)- las que pondera en cuanto implicaron en su época una mucho mayor apertura comercial que la que existía- pero que han quedado congeladas en sus cuerpos directivos, reflejando una correlación de fuerzas que no es la que se manifiesta actualmente en el sistema internacional y en la globalización. Así, la participación de Europa, aparece sobrerepresentada.
En el actual contexto internacional, Estados Unidos y la Unión Europea pierden el optimismo y la motivación para seguir impulsando el libre comercio, se recurre a diversas formas de proteccionismo, arancelarias y no arancelarias, lo que, a su vez, explica los sucesivos retrasos y fracasos de la Ronda de Doha en el marco de la OMC.
La Visión Alternativa: La Integración de Nuevos Actores según la posición de John Ikenberry.
No hay duda, también de que ésta no es la única perspectiva para analizar la realidad internacional -política y comercial- actual.
En la edición de Foreign Affairs, de comienzos del 2008, en torno al tema genérico de la "cambiante China" especialistas como John Ikenberry de Princeton con su artículo “El ascenso de China y el futuro de Occidente”, dan una versión mas matizada, que en parte coincide con la posición de Mahbubani, o algunas de sus alternativas.
Esta visión no es fatalista sobre el destino de Occidente, sino que más bien destaca "la notable capacidad" que posee "para acomodar potencias emergentes" (Ikenberry, 2008:31).
En este marco, Ikenberry desarrolla un pensamiento diferenciado con respecto al de Mahbubani: "el orden Occidental con un fuerte marco de reglas e instituciones está ya comenzando a facilitar la integración de China" (Ikenberry, 2008:31).
Kishore Mahbubani (2008),The New Asian Hemisphere. The irresistible shift of global power to the East. (El Nuevo Hemisferio Asiático. El irresistible cambio del poder global hacia el Este), Public Affairs, New York, 314 páginas, las traducciones son del autor de este artículo
John Ikenberry (2008) "The rise of China and the future of the West" (El ascenso de China y el futuro de Occidente), en Foreign Affaires, volume 87, number 1, january/february 2008, New York, volumen con tema principal “Changing China”, las traducciones son del autor de este artículo
Los tres escenarios de Mahbubani y la marcha de Asia a la Modernidad
Kishore Mahbubani, analiza algunas variables y alternativas sobre el orden internacional y su transformación, particularmente en lo económico distinguiendo tres escenarios:
- la Marcha del Asia a la Modernidad.
- “El repliegue a las fortificaciones” (The retreat into fortresses) por parte de las economías occidentales que se protegen;
- el triunfalismo occidental.
Primer escenario. Para Mahbubani el ascenso de Occidente- en su momento, transformó el mundo. El ascenso del Asia traerá aparejada una transformación igualmente significativa. En este escenario, la “Marcha a la Modernidad” del Asia será un evento de las más alta importancia histórica."Si tiene éxito, asegurará un mundo mucho más pacífico, estable y próspero" (Mahbubani, 2008:14).
La modernidad, se define a partir del “universo físico y ético de las sociedades occidentales” (Mahbubani, página 2). Mira a la diseminación en el Asia- y el mundo en desarrollo más carenciado en general-del acceso a los bienes y nivel de vida digno propios de los sectores medios en el mundo contemporáneo en Occidente. El autor destaca que en los sectores rurales de la India, 700 millones de campesinos y aldeanos ahora representan la mayor proporción del consumo del país, en tanto que reconoce que aún 390 millones de hindúes aún viven con un US dólar diario o menos (Mahbubani 2008: págs. 16 y 17).
Sin embargo, Mahbubani no puede dejar de hacerse cargo de las críticas que se hacen a China por su régimen político cerrado. Para el autor (Mahbubani 2008:18) " cuando muchos observadores occidentales miran a China no pueden ver más allá de la falta de un sistema político democrático" y no captan" la masiva democratización del espíritu humano que está teniendo lugar"
Posiblemente sea así, pero sin duda que es un punto debatible. El propio autor reconoce más adelante que el Partido Comunista Chino habría pasado "el punto de no retorno" y está luchando y enfrentando la nueva realidad y que hay una apertura de las mentes y de la cultura que es imparable. (Mahbubani 2008: 146)
Mahbubani destaca que la modernidad y la Marcha en pos de ella “conduce de un modo casi inevitable a una mayor adherencia a las normas del Derecho “, a “un orden basado en normas”. En el caso de China, afirma que su gobierno comprende que ninguna economía moderna funciona sin un efectivo imperio del Derecho, en temas, como el derecho de propiedad.
Parte integral de la marcha es la aplicación en el Asia de la economía de libre mercado. Se ha transformado en “pilar” de desarrollo como lo fue de Occidente hace 150 años. El caso chino es sintomático para el autor por la doble experiencia -a partir de las modernizaciones de Deng Xiaoping-, de las economía de mercado y centralmente planificadas. Compara el avance de Singapur -uno de los 4 tigres asiáticos- que creció a un promedio de 8.6% anual entre 1965 -1995, desde un PIB de US$1 billon a US$86 billones- con el de Schenzhen, la primera de las zonas económicas especiales de China que era “una pequeña aldea de pescadores” (Mahbubani, página 54) en 1979 y creció en población de 30.000 habitantes a 11 millones y su economía en 28% anual entre 1980 y 2004, alcanzando sus exportaciones al 13% del total de China.
Otra dimensión de la Marcha es el grado “asombroso” con que han llegado a dominar los asiáticos la investigación en ciencia y tecnología. China le asignó el 1.3% del PIB en el 2005 (contra un 0.6% en 1995) y Corea incrementó el financiamiento en este campo de US$9.8 billones en 1994 a US$19.4 billones en el 2004. Este proceso no es espontáneo y así el autor destaca que en el caso de la India, el entonces Primer Ministro Nehru fundó ya en 1951 el primer Instituto Tecnológico cerca de Calcuta.
La Marcha a la Modernidad es el escenario preeminente y conducirá -según Mahbubani- a un universo mas ético y pacífico por diversas vías y, entre ellas, por la superación o la disminución de la pobreza, lo que permitirá el mejoramiento de la educación, la salud y otros campos.
Segundo escenario. Frente a ese escenario, Occidente tendría dos alternativas: acoger la tendencia modernizadora y trabajar junto al Asia en “la apertura del orden mundial”, o bien en pasar al segundo escenario alternativo, el repliegue a sus propias fortificaciones, en lo político y en lo económico.
A comienzos del 2008, Occidente parece transitar ambas vías, siendo más fuerte la segunda. Un símbolo sería la declaración del Presidente Sarkozy de Francia en junio del 2007: ”la palabra “protección” ya no es más un tabú”. Para Mahbubani después que durante muchas décadas Occidente ponderó las virtudes del libre comercio a los países del Asia, “la verdad es que grandes partes de Occidente están perdiendo la fe en el comercio libre” (Mahbubani, página 26).
Aunque siempre ha habido proteccionismo en los países capitalistas desarrollados, desde Bretton Woods en la década del 40 se experimentó una progresiva liberalización, seguida de un espectacular aumento del comercio internacional, -las exportaciones se dispararon de US$58 billones en 1948 a US$9 trillones en 2004- y una consolidación con la culminación de la Ronda Uruguay del GATT y la creación de la OMC en 1994. Esto significó que “Occidente se mantuvo leal a sus principios manteniendo el sistema comercial global abierto” (página 27) y que el actual sería uno de los sistemas más abiertos que se han visto.
Sin embargo, paralelamente, soplan otros vientos desde el fin de la Guerra Fría. Los países occidentales, principalmente Estados Unidos, tienen déficits comerciales con Asia (el de Estados Unidos con China se incrementó de US$34 billones en 1994 a US$202 billones en 2005); éste y otros factores han creado las bases a un retroceso en el libre comercio. Los Gobiernos son sensibles a las tendencias políticas y el apoyo político al proteccionismo ha aumentado tanto en Europa como en Estados Unidos. “La Unión Europea ha comenzado a replegarse en una mentalidad de “Fortaleza Europa” (Fortress Europe) causando “daño a los intereses globales” (Mahbubani, páginas 29 y 34).
Para nuestro autor, “la gran amenaza al boom es que los Estados Unidos pierdan confianza en la ideología de libre mercado que permitió a la economía global despegar durante los 90”. (Mahbubani, página 37).Mahbubani teme que estás tendencias del comercio se traspasen a la inversión externa y a aspectos políticos vinculados a la seguridad. Por otra parte, Europa frena los cambios en las instituciones que dan forma al orden global, en las que tienen muy alta participación ejerciendo “vetos” para resistir los cambios (Mahbubani, páginas 40 y 41).Si esta “inflexibilidad “europea es replicada por Estados Unidos, “el penoso escenario del repliegue bien pudiera ser realidad” (Mahbubani, página 42).
Tercer escenario. El tercer escenario para nuestro autor el de la occidentalización del mundo y el “triunfo final del Oeste”. Este escenario fue el preanunciado al término de la Guerra Fría por las predicciones de Fukuyama sobre “El Fin de la Historia” y comentarios como el del entonces Secretario de Estado James Baker de una “nueva comunidad de democracias entre Vancouver y Vladisvostok”, dejando fuera a Japón que ya formaba parte de la OECD y el G-7 y a la India, la democracia más populosa del mundo (Mahbubani, página 42).
Esas visiones no se habrían realizado, porque el triunfo de Occidente sobre la URSS no se debería a su sistema político “sino por la economía de libre mercado”. Según Mahbubani habría prevalecido la visión de Deng Ziaoping que priorizó a la introducción en China de la economía de mercado, por sobre la de Gorbachov que habría privilegiado la apertura democrática. Considera también que el triunfalismo de comienzos de los 90 no se dio por la “creencia en que las diferencias culturales no importaban porque la sociedad democrática liberal de Occidente era aplicable a todas las sociedades” (página 48).La aspiración del “triunfo eterno” ya no se realizó. Si la Marcha a la Modernidad finalmente tiene éxito, Occidente ya no estará sólo como “responsable” de la comunidad internacional, estará unido a otros millones de “stakeholders” igualmente responsables y esto “puede hacer al mundo más estable y pacífico, aún para aquellos que viven en Occidente”(Mahbubani, página 50).Reconozcamos que es una visión novedosa para quienes nos sentimos occidentales.Algunas visiones el futuro próximo y el orden global Mencionaremos algunas visiones (“insights”) de Mahbubani sobre el futuro, en las próximas décadas, en la perspectiva asiática.El crecimiento del Asia a largo plazo pasa por su adaptación de varios “pilares” de la cultura occidental, como por ejemplo -además del libre mercado y la ciencia y la tecnología- la meritocracia, la cultura de la paz “el ascenso pacífico sobre el que habría consenso en China” (Mahbubani, página 81), la Regla de Derecho y la educación. Los asiáticos han pasado a ser “adictos” a la educación haciéndola accesible a las masas. A la vez, han evidenciado una gran admiración por las universidades occidentales de las cuales los asiáticos “se han beneficiado enormemente” Así, la India es la nación líder en estudiantes internacionales con 76.503 estudiantes en Estados Unidos en el año académico 2005-2006, seguida de China con 62.582, Corea del Sur con 58.847 y Japón, 38.712. Destaca Mahbubani que las “universidades Occidentales son realmente únicas en el sentido de que no ven su misión como dirigida exclusivamente al Oeste.” (Mahbubani, páginas 90 y 91). Además, se está revirtiendo el “brain drain” y un estudio de la Universidad de Chicago muestra que un 84% de los estudiantes hindúes planeaban volver a la India en el futuro cercano.En un análisis del sistema internacional actual, Mahbubani proporciona su propia visión, interesante como base para el análisis:- Las instituciones globales actuales- como las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad, los esquemas de cooperación y los que regulan el sistema multilateral de comercio “deben evolucionar y cambiar para adaptarse a las nuevas realidades” (página 235);- el nuevo orden social y político requerirá de la aplicación de principios occidentales -democracia, regla de derecho y justicia social- y otros antiguos como asociacionismo y pragmatismo.- Hay sólo cuatro candidatos reales para proveer de liderazgo global en el momento actual: Estados Unidos, la Unión Europea, China e India. Estados Unidos es, obviamente, el candidato más fuerte para proporcionar el liderazgo global como lo ha sido desde 1945. Pero, EEUU del 2008 es un país muy diferente del de 1945 y con una menor confianza en sí mismo. Europa es también candidato y dominó por 200 años la historia mundial, “pero no ha sido capaz de extender su influencia benéfica más allá de su territorio” (página 237).-
La historia enseña “que el liderazgo en cualesquier época es provisto por los poderes emergentes”. Así, EEUU en su momento reemplazó al Reino Unido (página 238). Por la misma lógica, China debería, eventualmente, asumir “el manto del liderazgo global” (página 238).- Existe un sensación de pesimismo en partes de África, América Latina, y el mundo islámico sobre sus perspectivas de desarrollo;- China ha despertado “pero carece de una visión para el mundo”.La mente China siempre se ha enfocado en el desarrollo de la civilización china. “China está dispuesta hoy a ser un participante (stockholder) responsable en el orden mundial, pero demuestra poco interés en conducir la creación de un nuevo orden global” (página 239).Además sus líderes están concientes que necesitan varias décadas para eliminar la pobreza rural. -
El liderazgo de la India es más cosmopolita que el de China. Según Mahbubani, en un momento en que en Occidente están convencidos que no pueden coexistir en paz con el mundo Islámico, ”el ejemplo de la India,-aunque imperfecto-es mejor que cualesquier otro”. “Con la creciente distancia cultural entre Occidente y Oriente, la India podría, una vez más, reasumir su rol natural como punto de encuentro de las grandes civilizaciones” (página 239).- Japón emergió con la aspiración consciente de unirse a Occidente; China no tiene esa aspiración y la futura dirección de la India no se fija aún (página 165);- Un instrumento muy utilizado en las últimas décadas, los tratados de libre comercio (TLC) interesan a Mahbubani, asignándoles un rol más allá de lo comercial.”En la práctica, representan un cálculo estratégico de que dos partes tienen intereses de largo plazo en forjar una sociedad más estrecha, o bien que una parte tiene interés en fortalecer a la otra parte”, (página 231). - También nuestro autor, deja planteado el complejo tema de la democracia y la gobernabilidad a nivel global en un nuevo orden mundial. En su opinión “Gobierno mundial no es la respuesta. Gobernanza (governance) mundial se necesita con urgencia”, (página 242).- Una tesis de Mahbubani: ”El tiempo ha llegado para que Occidente considere la posibilidad que otras naciones y comunidades son tan competentes, sino más competentes, para manejar los desafíos globales y regionales” (página 216).
Fuente : http://asiapacifico.bcn.cl/columnas/asia-y-occidente-raulallard
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