viernes, 12 de marzo de 2010

LECCIONES QUE SE DEBEN SACAR DEL TERREMOTO EN CHILE

Autor: Antonio Flores Gavilán

En las ultimas dos semanas la tierra sigue moviéndose en centro - sur de Chile, y ayer 11 de marzo día que asumio el nuevo mandatario Sebastian Piñera nuevamente como haciendo acto de presencia la tierra se estremece poniendo nerviosas a las diferentes delegaciones extranjeras que se habían dado cita en este importante acontecimiento.
Desde aquí expresamos que la nueva administración tenga los mejores éxitos en la ardua tarea reconstrucción que genero este impase difícil e imponderable que la naturaleza ha impuesto al vecino del sur.
Esto tambiem a tenido sus efectos en el Perú que afortunadamente la decidía con que las autoridades gubernamentales habian tenido con respecto a los desafíos que impone nuestra complicada geografía por fin se hallan dejado atras, ha tenido que verse la magnitud de la tragedia en Chile para hacer reaccionar a nuestra clase política, para ser sinceros no se conmovio ni cuando ocurrió el terremoto de Arequipa en 2001 y ni el de Pisco de 2007 que fue tan devastador como lo sucedido en Haití por su magnitud en la escala de Rither.


Al fin pues en el Perú se ha tomado conciencia del tema por parte de las autoridades y se esta implementando una estrategia desde el gobierno e incluida como política de Estado la gestión del riesgo como lo tiene los países que tiene un alto grado sísmico, que en el caso del Perú lo tiene por partida doble, el choque de placas y el cinturón de fuego que cruza el pacifico, y que particularmente hace del Perú en especial su costa central donde esta acentada la ciudad de Lima con sus casi 9 millones de habitantes un lugar donde en el pasado se hallan registrados los terremotos mas violentos de la su historia, como ocurrió el 28 de octubre de 1746 que fue de 8 grados en las escala de Rither y que tuvo una duración de tres minutos y que acontinuación ocurrió un devastador tsumani que destruyo por completo al Callao y su antigua costa nunca volvió a tener el mismo perfil costero, siendo la antigua la Punta la península costera del puerto del Callao terminaba en el actual islote del Camotal casi un kilómetro mar adentro actualmente. Los antiguos peruanos por cierto y no en valde lo hicieron construyeron en esta parte del territorio del pais el templo de Pachacamac, donde rendían tributo a la tierra, porque sabian que desde tiempos inmemorables alli se habían producido en esa parte del país los mas violentos terremotos que se recuerden, Pachacamac esta solo algunos kilómetros al sur de Lima.
Nos congratula que por fin la decidía puesto en marcha esta politica de Estado de gestión del riesgo y que no solo es cuestión de jugar al temblor con los escolares.
Es bueno sacar lecciones de nuestro pasado telurico, los movimientos de tierra que se registraron en el Perú tienden a cataclismo siempre han acompañado al pueblo del Perú, quizás no se logre evitar un sismo, pero con la previción y la toma de conciencia de parte de las autoridades nacionales ya no caeran en la desidia e invertiran en todos los elementos tecnologicos que sirvan para las alertas tempranas de Tsunamis, con esto se salvaran no solo algunas vidas que de por si es importante sino miles serán puesto a buen resguardo contra este enevitable cataclismo que de todas maneras el Perú nuevamete ocurrira.


Toma de Mando del Nuevo Mandatario Sebastián Piñera


Aquí dejamos con ustedes esta información y video de instantes de la toma de mando




VALPARAÍSO, CHILE.- El empresario de 60 años Sebastián Piñera asumió como el primer presidente de derecha en Chile en medio siglo, tras 20 años de poder de la Concertación (centro-izquierda), mientras la tierra se sacudía con fuerza por una serie de potentes réplicas del terremoto del 27 de febrero, que activaron por algunas horas una alerta de tsunami.

En sus discursos, primero habló de que su prioridad es la reconstrucción, y luego, en Santiago, hizo un “un sencillo, pero profundo homenaje” a las víctimas del mega sismo.

A pesar de que Chile estaba de luto oficial hasta el pasado martes, el traspaso del mando presidencial de Michelle Bachelet a Sebastián Piñera había sido cuidadosamente organizado.

Se trataba de un acto cargado de simbolismo político. La primera mujer elegida presidenta en Sudamérica cedía la presidencia al primer político de derecha que los chilenos eligen democráticamente en más de medio siglo.

Pero unos incómodos invitados se colaron a última hora: los temblores (el mayor de 6.9 grados). Esos mismos movimientos que desde el devastador terremoto de hace dos semanas, de 8.8 grados, en el que murió medio millar de personas, tienen con los nervios destrozados a medio país.

Apenas 10 minutos antes de que arribara la presidenta Bachelet, un fuerte temblor removió la estructura del Congreso Nacional. Después vino otro y otro más, ya en plena ceremonia.

“Fue muy fuerte, muy fuerte, 7.2 grados Richter”, comentó con inquietud el presidente de Ecuador, Rafael Correa. El Instituto Sismológico de la Universidad de Chile corrigió más tarde a la baja la magnitud del movimiento telúrico a 6.9 grados.

Pero también hubo quien se lo tomó con más tranquilidad, como el mandatario peruano, Alan García, quien dijo que “fue un honor compartir un sismo con el pueblo chileno”.

Los presidentes de Paraguay, Fernando Lugo; Bolivia, Evo Morales, y Colombia, Álvaro Uribe, comentaban lo que estaba sucediendo, mientras el Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, y la mandataria argentina, Cristina Fernández, miraban hacia el techo.

El rostro del mandatario uruguayo, José Mujica, tal vez el menos acostumbrado a los temblores, también reflejaba la sorpresa por las constantes y fuertes réplicas.

En las regiones costeras del Centro y Sur del país cientos de personas se refugiaron en áreas elevadas ante el temor de que gigantescas olas volvieran a golpear la Costa como a finales de febrero, cuando desaparecieron del mapa pueblos enteros tras el quinto terremoto más poderoso de la historia.

Reconstrucción y reacción

Vestido de casaca roja, Piñera tomó un helicóptero para visitar la región de Rancagua, al sur de Santiago y cerca del epicentro de la mayor de las réplicas de ayer, y luego se trasladó a la sureña ciudad de Constitución, que fue azotada por tsunamis tras el terremoto de hace dos semanas.

El mandatario tendrá como prioridad levantar al país tras el terremoto y en su visita a Constitución oficializó la entrega del “Bono marzo”, para más de cuatro millones de personas necesitadas, que fue una de sus promesas de campaña.

Hizo una ofrenda floral a orillas del río de Constitución —87 claveles blancos, uno por cada fallecido en esa ciudad—.

“Sequemos estas lágrimas y pongamos manos a la obra en la gran tarea de enfrentar esta emergencia, en la gran tarea de reconstruir el país”.

Esto lo hizo entre las dos ceremonias, para distanciarse del Gobierno de su antecesora, Michelle Bachelet, quien fue criticada por tardar en la reacción frente al devastador sismo de hace 12 días.

Agitado primer día

Anuncios y pendientes

- Ante unas 150 personas en Constitución, el presidente Sebastián Piñera firmó el decreto de ley sobre el bono equivalente a 80 dólares que recibirán 4.2 millones de personas pobres.

- Se esperaba que firmara otros tres decretos: sobre emergencia, donaciones y reconstrucción, pero no lo hizo y, de momento, no hubo explicación.

- Piñera dejó en la mesa a los presidentes de Argentina, Bolivia, Uruguay, Paraguay, Colombia, Ecuador y Perú al tener que viajar a Rancagua, por los sismos de ayer.

En su discurso en Santiago, Piñera llamó a los chilenos la generación del Bicentenario, a los que convocó a dos misiones: reconstruir el país y a levantar el ánimo.


Mi país inventado

A inicios de los años 70 un país sudamericano vivía orgulloso de su estabilidad. Parecía inmune a los golpes de Estado que padecían los vecinos regionales. Lo despertó del sueño un incruento golpe que impuso por lógica el terror.

Cuarenta años después el mismo país devenido democrático se vanagloriaba de sus logros. Se sentía libre de las trampas del subdesarrollo y hasta preconizó un factible ingreso al primer mundo. Esta vez un terremoto y un tsunami se combinaron para demolerles la ilusión.

Los desastres naturales hacen retroceder a un país, pero el daño mayor no lo causaron la furia de la tierra ni de las olas. En 24 horas se desató un infame pillaje, la Marina dio instrucciones de desactivar la alerta de tsunami y olas gigantes barrieron con poblaciones desprevenidas; desde la presidencia, los fantasmas del terror hicieron dudar sobre la conveniencia de dar luz verde a la presencia de las Fuerzas Armadas en las zonas de desastre y las comunicaciones se cortaron ¡por falta de teléfonos satelitales!

Dos meses antes un terremoto había descabezado la estructura de mando de una isla empobrecida en el Caribe, en cambio aquí, en los decisivos momentos iniciales, se inutilizó ella sola. Duele, además, porque la imagen de país era otra. La crisis que trajo la tragedia no es de desabastecimiento, sino de autoestima y llega justo cuando tiene lugar un cambio de Gobierno.

El nuevo presidente rehusó ser rehén de antiguos traumas, ha confirmado que nadie como el Ejército está preparado para ayudar a controlar las consecuencias de un desastre, por lo que se mantendrá en las calles mientras la situación lo requiera. Dio en el blanco, la población que padeció zozobra e inseguridad ante los saqueadores apoya plenamente el gesto. Han pasado 20 años. El de hoy, no es más el Ejército del miedo, sino del orden.

Vergüenza y frustración sienten los ciudadanos, ante sueños que resultaron fantasías quebradas en público. No hace falta lo señalen observadores extranjeros, ellos mismos lo han reconocido en sus diarios. Una misma pregunta recorre ciudades y puertos, cerros y valles, cómo pudimos engañarnos tanto sobre nosotros mismos.

La tragedia de los 70, y la de ahora, deja una lección de humildad: los éxitos cualesquiera que sean no deben ocultar las debilidades. Pero tampoco hay que magnificar las fallas. Fuera del país se sigue apostando por un pueblo chico que se propone sueños grandes. Imposible olvidar el gesto del candidato perdedor de las últimas elecciones: fue con su familia al cuartel general de los vencedores a reconocer su derrota. La imagen recorrió el mundo cosechando elogios. Nos quedamos con eso. ¡Viva Chile!

Orestes E. Díaz Rodríguez

Un polémico hombre de negocios
Sebastián Piñera


Quería llegar a La Moneda para aplicar “una nueva forma de gobernar”, pero el terremoto del 27 de febrero le obligará a cambiar de planes para dedicarse a la reconstrucción de un maltrecho país, por cuatro años.

Nacido en Santiago de Chile en 1949 en el seno de una clase media, está casado desde 1973 con Cecilia Morel; es padre de cuatro hijos, y posee una fortuna calculada en unos dos mil millones de dólares, según la revista “Forbes”.

Es dueño del popular club de futbol Colo Colo y está por cerrar la venta de todas sus acciones en la chilena LAN, una de las mayores aerolíneas de América Latina.

De 60 años, es economista formado en Harvard y fue senador entre 1990 y 1998 por Renovación Nacional, uno de los dos principales partidos de la Coalición por el Cambio, y en 2005 perdió en las elecciones presidenciales ante Michelle Bachelet.

Simpatizó cuando era joven con la Democracia Cristiana —uno de los cuatro partidos de la Concertación— y votó contra la continuidad del dictador Augusto Pinochet (1915-2006).

Y aunque en su coalición figuran aún muchos partidarios de la dictadura (1973-1990), él siempre ha condenado la violación de los derechos humanos perpetrada durante ese régimen militar.
Católico practicante, se declara contrario al aborto y al matrimonio entre personas del mismo sexo.

En el plano internacional, se suma a los presidentes de centro-derecha que ya gobiernan en México, Colombia y Perú, y que han tomado distancia del izquierdista venezolano, Hugo Chávez.



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