“Nadie tiene que preocuparse por acuerdo entre Perú y Bolivia”
Respecto de lo ocurrido el martes en Ilo, los diarios titularon: Día histórico. ¿Qué podría decir sobre ello como primera idea?
Efectivamente, creo que no hay hipérbole ni exageración cuando se dice que ha sido un día histórico: la naturaleza, el alcance y prolongación de los acuerdos que han firmado los dos presidentes van a crear una nueva calidad histórica de las relaciones.
Comentaba usted que se han “refundado” acuerdos existentes. ¿Por qué no se hizo nada en Boliviamar desde 1992?
En 1992, los acuerdos eran básicamente una declaración de intenciones muy general que no fue objeto de una reglamentación que la hiciera viable. El 2003, el canciller Alan Wagner hizo una propuesta para reglamentar los acuerdos, pero tampoco se pudo concretar. Por eso, lo que hemos hecho en primer lugar es refundar los acuerdos, y el protocolo es prácticamente el reglamento que ya establece de manera precisa y concreta todos los procedimientos y alcances. Ahora sí es un proyecto sustantivo, y uno de los grandes avances es que el Estado peruano garantice la propiedad individual de los inversionistas en ambas zonas. Eso, evidentemente, dará viabilidad económica, financiera y fáctica.
¿Qué motiva al gobierno peruanos a decir: “Bueno, ya pasaron 18 años, tenemos que solucionar este tema”? Lo curioso es que ocurre en momentos en que las relaciones entre ambos países estaban un poco dañadas...
Bueno, digamos bastante dañadas. Cuando se me propone que me haga cargo de la embajada de Perú en Bolivia estábamos, tres años hacia atrás, en la fase más crítica de las relaciones bilaterales en las últimas décadas. Mi nombramiento, como ha dicho el canciller García Belaunde, denotó una voluntad política de cambiar esto.
Usted tenía la misión de restablecer estas relaciones...
Claro. Por mi forma de pensar, mi enfoque de las relaciones internacionales y mi percepción de las relaciones limítrofes, etc., la propuesta significaba una nueva voluntad política para resolver la crisis anterior y buscar una normalización de las relaciones.
¿Qué se propuso?
Lo que planteo es que esta voluntad política se articule en una política de Estado. Así es como se establecen los lineamientos y objetivos de esa política de Estado, e inclusive en Lima yo me reuní con todos los líderes políticos de la oposición y de todas las instituciones para comunicarles esta nueva orientación de la política exterior peruana. Del mismo modo, en Bolivia se hizo aflorar los intereses permanentes de los dos países. La voluntad de los gobiernos se expresa en dos cosas: por un lado, en impulsar la trama de complementariedad de intereses; y, por otro, en reducir las tensiones provocadas por declaraciones o actitudes políticas. Habrán visto que desde febrero del año pasado hasta hace una semana no hubo ya tensiones por declaraciones políticas.
El entredicho de la semana pasada fue “el del estribo”...
Fue un último de estos incidentes, pero evidentemente la masa crítica de la renovación de las relaciones –que no es de ahora, sino de hace meses– debía primar sobre un tipo de última minitensión por palabras que van y vienen.
¿Se puede decir que el Perú ha recuperado a su aliado histórico?
Diría que el Perú y Bolivia han renovado una relación histórica de amistad, entendimiento, complementariedad económica y afinidad política. Se ha recuperado la amistad histórica entre ambos países, y eso no debe preocupar a nadie, porque sólo podría tener un efecto positivo en la región y también en la evolución de las relaciones chileno-bolivianas y las relaciones peruano-chilenas.
¿Chile no debe preocuparse por este acercamiento...?
No creo que deba haber una preocupación en Chile, como tampoco causó preocupación en el Perú la agenda de los 13 puntos entre Chile y Bolivia. Personalmente, siempre he señalado que esa agenda es positiva, constructiva. El Perú la respalda y espera que sea coronada con éxito, y que pueda llevar a un acuerdo entre Bolivia y Chile respecto de la salida al mar en términos sustantivos. De ser así, podríamos estar inaugurando en la región un proceso donde las tensiones, las dificultades y desconfianzas dejen espacio a diplomacias realistas de cooperación.
“Los presidentes acabaron con los entredichos”
¿Garantizarán estos acuerdos que se terminen los entredichos entre Morales y García?
Los acuerdos no han sido concebidos con ese objetivo. Lo que creo es que el martes los presidentes Morales y García acabaron definitivamente con los entredichos. La población que ha visto por televisión se habrá podido dar cuenta de las expresiones no solo de amistad y entendimiento sino de la relación personal que se ha recreado entre ambos. No tengo la menor duda de que la renovación de las relaciones bilaterales es sólida, va a permanecer en el tiempo y se va a proyectar más allá de las elecciones de abril del próximo año.
Este tipo de acuerdos deben trascender a los gobiernos...
Así es, pero son los presidentes los que le dan los impulsos. En el caso particular de todo este proceso, no se ha dejado de pensar en la gente. Los presidentes han decidido que de inmediato se iniciará la negociación de un convenio que permita regularizar la situación de peruanos y bolivianos que se encuentran en una situación irregular. Por otro lado, están los acuerdos de cooperación e integración militar que permitirán la construcción y el funcionamiento de un anexo de la escuela naval boliviana en Ilo. Y se ha acordado crear un grupo binacional a nivel de ministros para luchar contra el narcotráfico, lo que no existe con ningún país.
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