El anuncio fue hecho durante los actos de conmemoración por los 132 años del inicio de la Guerra del Pacífico, que enfrentó a ambas naciones y que ocasionó la pérdida de la cualidad marítima de Bolivia, y ocasionó fuertes críticas de sectores parlamentarios chilenos que acusan al mandatario boliviano de ‘tener dos caras’ y de usar el bicentenario problema para subir su popularidad con la gente, en momentos en que su imagen está en los picos más bajos de la preferencia ciudadana desde su asunción a la Presidencia. El giro en el discurso de Morales incluso llevó al presidente chileno, Sebastián Piñera, a declarar que el reclamo boliviano supone “un serio obstáculo” para las relaciones entre ambos países.
“La lucha de nuestra reivindicación marítima, lucha que marcó esta historia por 132 años, ahora debe incluir otro elemento fundamental: el acudir a tribunales y organismos internacionales, demandando en derecho y en justicia una salida libre y soberana al océano Pacífico”, indicó Evo Morales durante su discurso, frente al monumento a Eduardo Abaroa, en La Paz.
El mandatario acotó que la comunidad internacional “debe entender ahora que ha llegado el momento para que esta inmensa herida que tenemos los bolivianos por nuestro enclaustramiento marítimo sea cerrada en base a un proceso de connotaciones históricas y un fallo justo y certero que devuelva su cualidad marítima a nuestro país”.
El mandatario anunció además la creación de una Dirección General de Reivindicación Marítima que tendrá a su cargo las acciones por la causa marítima boliviana y solicitó a la Asamblea Legislativa Plurinacional aprobar a la brevedad posible “todos los tratados y convenios internacionales que nos posibiliten esta misión”.
Pese a la ‘multilateralización’ de la demanda, Evo dijo que no se dejará de lado el diálogo “directo, franco y sincero” con Chile.
En respuesta, el presidente chileno Sebastián Piñera advirtió que la intención de Bolivia supone un serio obstáculo para las relaciones entre ambos países. “Bolivia no puede pretender un diálogo directo, franco y sincero mientras simultáneamente manifiesta su intención de acudir a tribunales u organismos internacionales”, recalcó el mandatario en una conferencia de prensa en el Palacio de la Moneda.
Piñera fue más allá y dijo que una posible demanda internacional “compromete el acuerdo alcanzado en diciembre pasado para reforzar las relaciones bilaterales mediante la creación de un grupo de trabajo” encabezado por los cancilleres de ambos países.
La propuesta del mandatario boliviano creará desconfianza en el diálogo que sostienen los gobiernos para superar el diferendo, opinaron congresistas chilenos.
“Las palabras que ha pronunciado hoy día el presidente Evo Morales vuelven a generar mucha desconfianza y rompen ese clima que se ha estado trabajando”, dijo el senador de la oficialista Unión Democrática Independiente (UDI) y miembro de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Hernán Larraín.
“Si la única voluntad es judicializar estos temas, aparte de que constituye un desaire al esfuerzo que ha hecho Chile, es también un error judicial monumental porque no hay pie para una cosa de esa naturaleza “, agregó Larraín.
El senador pidió a Bolivia “salir de esta ambigüedad, en que un día se sienta a conversar y ve cuánto podemos avanzar dentro de lo posible, para el día siguiente, por presiones internas o por los motivos que sean, contradecir esa postura y exigir una solución que, si no se da en los términos que se quiere, se va y se amenaza con ir a los tribunales de justicia en el ámbito internacional”.
A juicio del senador chileno de la opositora Democracia Cristiana, Jorge Pizarro, resulta difícil continuar con una agenda de 13 puntos que implementaron ambos estados en 2006 y que tiene como tema principal la demanda marítima boliviana.
“Lo que va a ocurrir, al final del día, es que todos los esfuerzos por integrar se van a volver a perder. Es muy difícil construir confianzas, en cambio es muy fácil destruirlas”, afirmó Pizarro.
Con mayor sorpresa y molestia reaccionaron los diputados chilenos Mónica Zalaquett y José Manuel Edwards ante las declaraciones del boliviano.
“Así como esta mañana valoré el tono del presidente Morales en una entrevista con un medio nacional, dos horas después pude constatar que los problemas internos de Bolivia están (por) sobre las Relaciones Exteriores (entre ambos países). Esto debido a este síndrome bipolar que parece padecer el presidente Morales”, afirmó Zalaquett, que agregó que ve “extraordinariamente difícil” continuar con el diálogo.
Mientras, el diputado Edwards enfatizó en que los chilenos necesitan “saber con qué presidente boliviano estamos trabajando, ya que existe una cara para la mañana y otra cara para la tarde”.
En este sentido, el legislador Edwards solicitó a la Cancillería y al Gobierno retirar la agenda de los 13 puntos y congelar la comisión permanente que se tiene con Bolivia “hasta que el presidente boliviano nos diga cuál va a ser su cara verdadera”.
Por lo mismo, los parlamentarios anunciaron que invitarán al canciller chileno Alfredo Moreno a la comisión de Relaciones Exteriores, para que explique “en qué pie” quedan las conversaciones con Bolivia “luego de este cambio de discurso”.
“Volveremos al mar con soberanía”
Evo Morales / Presidente del Estado
(...) La comunidad internacional debe entender ahora que ha llegado el momento para que esta inmensa herida que tenemos los bolivianos por nuestro enclaustramiento marítimo sea cerrada en base a un proceso de connotaciones históricas que, con un fallo justo y certero, le devuelva la cualidad marítima a nuestro país.
La lucha por nuestra reivindicación marítima, lucha que ha marcado nuestra historia por 132 años, ahora debe incluir otro elemento fundamental: el de acudir ante los tribunales y organismos internacionales, demandando en derecho y en justicia, una salida libre y soberana al océano Pacífico.
Es en función de ello que he planteado al gabinete de ministros que mediante un decreto supremo se cree la Dirección General de Reivindicación Marítima, que será la instancia dentro de la cual jurídicamente se preparen las acciones por la causa marítima boliviana (...).
Asimismo, he solicitado a la Asamblea Legislativa Plurinacional, apruebe a la brevedad posible todos los tratados y convenios internacionales que nos posibiliten esta misión que hoy empezamos los bolivianos (...). Por ahora somos un país sin mar, pero volveremos al mar con soberanía. (Extracto)
El nuevo discurso de Morales fue anticipado por los chilenos
Hace ocho días, en Chile se abrió una inusual expectativa sobre el discurso del presidente Evo Morales para los actos del 23 de marzo.
Según un artículo del diario chileno La Tercera, del 15 de marzo, legisladores chilenos expresaron su inquietud por la posibilidad de que Morales utilice el aniversario marítimo para emitir un discurso duro contra el país vecino y enfrentar la baja popularidad del MAS.
El autor del artículo, María José Pavez, se apoyó en una encuesta en la que se mostró que el 70% de los entrevistados pensaba que el país va por mal camino.
El presidente de la comisión de Relaciones Exteriores en la Cámara Alta chilena, Hernán Larraín, dijo en esa oportunidad que Morales pasa por momentos de baja popularidad y cuando pasa eso “la tentación de Bolivia es utilizar a Chile como chivo expiatorio”.
En línea con Larraín, el diputado gremialista Iván Moreira aseguró que “el 23 de marzo es una fecha emblemática, pero creo que al final y por el tema de la baja popularidad, utilizará este salvavidas y hará un discurso más duro”.
Según el análisis de los medios de prensa chilenos, en la práctica Bolivia busca el apoyo de la comunidad internacional para exhortar a Chile a responder a la demanda marítima en los términos que busca Palacio Quemado: una salida al mar con soberanía, asunto que ha sido descartado en múltiples ocasiones por Chile.
El nuevo giro a la ‘multilateralización’ del asunto, admiten fuentes diplomáticas en Santiago, solo entrampará los posibles avances logrados en la comisión de alto nivel, ya que el Gobierno chileno está dispuesto a conversar solo sobre la base de encuentros bilaterales, condición sine qua non para desarrollar la agenda sin exclusiones propuesta a Bolivia.
El problema
- Costas bolivianas. El territorio de Bolivia, desde su nacimiento como país en 1825, se extendía hacia el occidente hasta llegar al mar.
- Conflicto. Cuando el gobierno de Bolivia impuso un gravamen de 10 centavos por quintal de salitre exportado a un contrato privado de transacción, Chile invadió su territorio argumentando que violaba el tratado de 1874, que establecía que los bolivianos no incrementarían los impuestos sobre el salitre por 25 años, es decir, hasta 1899.
- Enfrentados. La Guerra del Pacífico se desarrolló entre 1879 y 1883. Chile se enfrentó contra Perú y Bolivia y luego de ganar la contienda se anexó importantes territorios, dejando al país sin salida soberana al mar.
- Tratado. El Tratado de Paz y Amistad (20 de octubre de 1904) pone fin al estado de guerra entre países, pero reconoce el dominio perpetuo de Chile sobre los territorios bolivianos. En el documento se le otorga a Bolivia, a perpetuidad, un amplio y libre derecho de tránsito comercial por territorio chileno y por los puertos del Pacífico, pero esto no fue cumplido, según los diferentes gobiernos bolivianos.
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