viernes, 11 de marzo de 2011

Japón sufre el terremoto de mayor magnitud en 140 años

El fuerte temblor, de 8,9 grados, ha provocado cientos de muertos en la prefectura de Miyagi, según la policía. Un incendio en un reactor nuclear del norte del país obliga al Gobierno a declarar el estado de "emergencia nuclear"

Un terremoto de 8,9 grados en la escala abierta de Richter, que mide la energía sísmica liberada por un seísmo, ha sacudido la costa noreste de Japón y ha provocado decenas de muertos y desaparecidos. El fuerte fenómeno natural ha provocado también un devastador tsunami que ha arrasado cuanto ha encontrado a su paso en algunas zonas del este del país, dibujando imágenes dantescas de casas, coches y todo tipo de esombros arrastrados tierra adentro y que ha puesto en alerta a casi todos los paises ribereños del Pacífico. Entre 200 y 300 cadáveres han sido hallados en una playa de la ciudad de Sendai, en la prefectura de Miyagi, una de las áreas más afectadas, según ha informado la agencia Jiji, mientras que la agencia Kyodo informa de la desaparición de un tren de pasajeros con un número indeterminado de personas. Según las autoridades sismológicas japonesas, este temblor es el peor que ha sufrido desde que se hacen mediciones. Alrededor de 4 millones de casas están sin electricidad en seis provincias, mientras que se han producido daños en instalaciones industriales, como un incendio en una refinería en Chiba y en las centrales nucleares de Onagawa y Fukushima-Daiichi. Aunque se asegura que no ha habido fugas, el país ha declarado el estado de "emergencia de energía nuclear"

Las autoridades japonesas están informando al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) de que las centrales de Onagawa, Fukushima-Daiichi y Tokai han interrumpido su funcionamiento de forma automática sin que se haya detectado ninguna fuga radiactiva". El temblor ha provocado un incendio en la central de la Compañía de Electricidad Tohoku, en Onagawa, según ha informado la agencia de noticias Kyodoque a esta hora, según fuentes oficiales, está controlado.

Mientras, alrededor de 3.000 personas han sido evacuadas de los alrededores de la central de Fukushima-Daiichi, ya que no se ha conseguido por el momento enfriar el reactor. Sin embargo, por el momento se descarta también que haya fugas radiactivas, según ha informado el jefe de Gabinete japonés, Yukio Edano.

Un oficial trabajando en Onagawa ha declarado a la televisión nacional que Japón ha activado la "emergencia de energía nuclear". El Gobierno pretende así descartar las fugas, y a pesar de declarar la alarma, han comunicado que no hay constancia de "materiales radiactivos fuera de las instalaciones". Además hay 11 plantas nucleares que dejaron de funcionar automáticamente en el mismo momento en el que se sintió el seísmo, siguiendo el protocolo de seguridad. Según la agencia Kyodo, hay 80 incendios activos en todo el país, consecuencia del terremoto.

"Todo se ha agitado violentamente en mi habitación", ha comentado a EL PAÍS Javier Izaguirre, un estudiante español, residente en Tokio. "Los escalones se movían violentamente de un lado a otro, se abrían grietas a lo largo de las escaleras y caían pequeños cascotes", ha relatado igualmente a EL PAÍS Paco Pinillos, un español residente en Madrid que se encuentra de viaje por Japón, y que en el momento del fuerte seísmo se encontraba en el metro. El Gobierno español ha dicho en rueda de prensa que hay cuatro ciudadanos españoles, que estaban en la zona que más ha sufrido el temblor, que aún no han sido localizados.

El epicentro de este seísmo estuvo en el Océano Pacífico, a 130 kilómetros de la península de Ojika y una profundidad de 10 km, en la misma zona donde hace dos días ocurrió otro terremoto de 7,3 grados que no causó daños. El temblor ocurrió a las 14.46 hora local (las 6.46 en la Península) y alcanzó el máximo de 7 grados en la escala japonesa, que se centra en las zonas afectadas más que en la intensidad del temblor.

El primer ministro, Naoto Kan, ha calificado de "graves" los daños causados por el temblor, en una comparecencia pública tras el seísmo. Además, ha anunciado que habrá un consejo de Ministros extraordinario sobre el mediodía (hora española). Kan ha pedido calma a la población y ha asegurado que su Administración hará "todos los esfuerzos para minimizar los daños", y que ha creado un grupo de trabajo de emergencia para gestionar la situación. El portavoz del Gobierno, Yukio Edano, ha dicho por su parte que el Ejecutivo se está comportando bajo la suposición de que éste ha sido el peor terremoto de la historia de Japón. Edano también ha pedido a la población a mantenerse alerta ante las numerosas réplicas y por el tsunami provocado por el temblor, que ha llevado a ordenar la evacuación en las zonas costeras en riesgo. El Gobierno ha pedido ayuda a las tropas estadounidenses basadas en el archipiélago para transportar material de socorro a los lugares más afectados por el terremoto y el tsunami, según Kyodo.

En Tokio, el seísmo ha sacudido fuertemente e incendiado edificios (al menos seis), según informan las autoridades locales. Los transportes aéreos, ferroviarios y por carretera están interrumpidos en Tokio y el noreste. En el aeropuerto de Narita, el más grande del país, se han paralizado todos los servicios, mientras se verifica el estado de las pistas.

Tsunami

Quizá lo peor del seísmo ha sido el gigantesco tsunami que ha asolado la costa este de Japón y que ha puesto en alerta toda la costa del Pacífico. En Japón, han llegado olas de hasta 10 metros, dejando imágenes dantescas. El tsunami ha arrasado con todo a su paso, incluidas casas, automóviles y edificios, avanzando sin freno por campos, ciudades, carreteras o aeródromos, apilando toneladas de escombros, provocando fuegos y una devastación que recordaba mucho al tsumani del sureste asiático de la Navidad de 2005. La agencia japonesa Kyodo ha informado de que la ola ha arrastrado a un barco con alrededor de cien personas a bordo. También se ha informado de la desaparición de un tren de pasajeros. El ministro de Defensa ha enviado ocho aviones militares que sobrevuelen las zonas más afectadas para comprobar los daños.

La televisión ha mostrado cómo algunos edificios han sufrido incendios en varias zonas de Tokio, como en Odaiba, una zona residencial, o en la zona industrial de Yokohama. Las imágenes muestran también vehículos flotando en el agua después del tsunami en el norte de Japón. En Tokio, el temblor fue tan duro que la gente que estaba atrapada en el metro apenas podía mantenerse de pie, según ha relatado un testigo a Reuters.

Alerta de tsunami en todos los países del Pacífico

El aviso de tsunami se ha ampliado a la costa de Taiwán, Rusia, Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Hawaii y otros lugares del Pacífico, informa la BBC. Según el Instituto Geológico de EE UU (USGS, por sus siglas en inglés), se están produciendo numerosas réplicas en la zona. Hasta el momento, seis temblores de entre 6,3 y 7,1 grados han sucedido al potente seísmo.

El violento terremoto se ha sentido también en la economía nipona. El índice Nikkei de la bolsa de Tokio ha cerrado con una caída del 1,72% ante la incertidumbre por los efectos del seísmo. El yen también se ha depreciado notablemente frente al dólar.

Los temblores son comunes en Japón, uno de los países con más zonas sísmicas activas, pero también uno de los más preparados. De hecho, además de contar con construcciones seguras, el Gobierno edita cada cierto tiempo manuales con consejos sobre cómo actuar en los temblores, que edita en inglés y japonés. El país tiene alrededor del 20% del total de los terremotos del mundo por encima de los 6 grados en la escala Ritcher. Según la Agencia Meteorológica japonesa, este temblor es el mayor desde que se miden este tipo de fenómenos naturales. Ha sido peor que el que tuvo lugar en 1923 en Gran Kanto, que tuvo una magnitud de 7,9 y mató a más de 140.000 personas en el área de Tokio.

El buscador de Internet Google ha puesto a disposición de los usuarios un buscador de personas para contactar con la gente que está en estos momentos en Japón. Está disponible en inglés y japonés.

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