Aquí dejamos este articulo muy interesante escrito en 2003, años antes de la crisis financiera internacional, y que se presumía que podría estar gestándose, así mismo se visualiza las principales Potencias como Rusia y China ya están en pleno crecimiento, siendo la primera de estas resurgiendo para aparecer con fuerza en el escenario internacional, tal como lo hemos vistos en estos últimos años, Rusia ha empezado a mirar con cierto recelo la cada vez mas fuerte presencia norteamericana en sus áreas de influencia desde el propósito de instalar misiles de largo alcance en los estados de Europa Oriental pretextando intimidar a Irán, cosa que desde algunos años como veremos en este articulo ya se preveía.
Entramos pues a la tradicional lucha de poderes, no tanto ideológica si fuerzas hegemonicas es decir una lucha de imperios que buscan definir el derrotero en el escenario Internacional, podemos decir hoy en 2010 Rusia esta Regresando, y China cada vez mas se superpone que busca romper el unilateralismo en el globo, cosa que ocurrirá sin duda en la próxima década.
REGRESO DE LA GEOPOLÍTICA: EL PODER MARÍTIMO Y EL PODER CONTINENTAL
Pensar el mundo en términos de manejo de poder y no de debates ideológicos - Revive la tesis de Sir Halford Mackinder: naciones marítimas contra naciones continentales - Guerra Fría entre el dólar y el euro - La “trepada” del oro”- Renace el nacionalismo ruso con Putin - Rusia y China intentan poner límite al despliegue de EE.UU. en Medio Oriente y su petróleo - Nuevas armas y despliegue estratégico - Hacia un nuevo mundo bipolar - Nuestra política exterior: búsqueda pragmática de desplegar nuestro potencial con total manejo soberano.
Pasaron pocos años, pero enormes volúmenes de agua bajo los puentes desde cuando el publicitado filósofo nipo-yanqui Francis Fukuyama sentenció solemnemente que el mundo ingresaba en el “fin de la historia”. Un concepto hegeliano que implica la categórica y definitiva primacía del pensamiento liberal y la muerte de las ideologías.
En realidad la Historia no se escribe en tono de ideologías, sino de poder. Por eso se equivocan quienes intentan comprender los cambios políticos en función de la lucha de ideas y no del permanente enfrentamiento de poder.
Los liberales argentinos del siglo XIX se indigestaron con las frases rimbombantes que les llegaban desde los escritos de filósofos y economistas europeos, sin comprender que la “Civilización” representaba las cuentas de colores con que deslumbraban sus ojos quines movían los hilos de los intelectuales que los deslumbraban. Con tiempo hemos sabido que los pensadores librecambistas como Adam Smith adoctrinaban a sus contemporáneos bajo estipendio de la Compañía de las Indias Orientales y que las centrales de inteligencia del imperialismo marítimo de aquellos tiempos eran Londres y Ámsterdam…
A principios del siglo XX, en 1911, si la memoria no me falla, Sir Halford Mackinder, geógrafo británico, esbozó una tesis geopolítica que influyó en esta disciplina marcadamente. Preocupado por la suerte del Imperio Victoriano en trance de desaparición, observó que el control del poder mundial exigiría el dominio de la masa continental eurasiana y que Inglaterra, epicentro del poder marítimo sólo podría subsistir como gran potencia si lograba evitar la concentración del poder terrestre. De ahí a aplicar el “divide et impera” de Roma, había un solo paso. Ya dado reiteradamente por otra parte, por Londres a través de la historia de su ascensión imperial.
La gran prueba fue la filigrana diplomática y política tejida para enfrentar la expansión napoleónica, con el apoyo de Prusia, Austria, Rusia y la España de los reyes borbónicos.
Esa estrategia se repitió durante la Segunda Guerra Mundial, en la que Winston Churchill, en su juventud corresponsal periodístico en la guerra contra los boers - donde su país inauguró los campos de concentración para las mujeres y niños de los heroicos campesinos de origen holandés para quebrarlos moralmente - logró repetir el esquema . Francia, la Unión Soviética, Canadá, Nueva Zelanda, Australia y la India aportaron sus contingentes humanos y, finalmente los Estados Unidos empujados literalmente por Franklin Delano Roosevelt a la guerra al forzar a Japón a atacar Pearl Harbour, le sacaron las castañas del fuego de la guerra relámpago hitleriana, encendida por la demente búsqueda del Tercer Reich milenario.
EL CEREBRO DEL IMPERIO
Con el triunfo aliado y la experiencia vivida, el poder económico-financiero decidió asentarse físicamente allende el Atlántico y el liderazgo de las naciones marítimas fue asumido visiblemente por los Estados Unidos. Pero nunca el cerebro de la coalición anglosajona abandonó del todo la City. A punto tal que un profundo pensador estadounidense, cuando afirmé que su país era la cabeza del imperio expoliador del Tercer Mundo me replicó: “Usted está equivocado; la cabeza está en Londres, nosotros somos el brazo estúpido del imperialismo actual”
Con la caída del Imperio Soviético se gestó la alianza que los politólogos franceses e italianos han dado en designar como el Imperio Anglosajón, que hoy debe replantearse la actualización del pensamiento de Sir Halford. La Unión Europea, el surgimiento de China como nueva superpotencia, el renacimiento nacionalista de la Rusia de Putin y el convulsionado y conflictivo universo islámico, ponen sobre el tapete la posibilidad, casi cierta, de que el poder continental se agrupe en torno a un liderazgo aún indefinido, pero intuible.
Con la caída del Muro de Berlín el liberalismo fue utilizado como ariete ideológico de los centros de la especulación financiera para justificar el despojo de los pueblos del Tercer Mundo y la concentración de la riqueza en cada vez menor número de manos. Paulatinamente, el mundo avanzó hacia lo que conocemos como la globalización financiera, la destrucción de la cultura del trabajo y la condena de los pueblos a ser abastecedores de insumos baratos y de mano de obra semi-esclava para las naciones centrales.
EL SAQUEO DE LA URSS
Con las consignas de “perestroika” y “glasnot” el premier Gorbachov y su esposa Raisa - nieta de uno de los burócratas supervivientes de la época de Lenin y la Nueva Política Económica, que consagró la coalición de los bolcheviques con los banqueros de Londres y Nueva York - facilitaron el desmembramiento del Imperio Soviético de manera tal que se convirtió en un caótico conjunto de naciones eslavas y de repúblicas islámicas sometidas y reprimidas por la satrapía de José Stalin. Las grandes empresas estatales, en buena medida caras e ineficientes, fueron compradas a precio vil por los especuladores que actuaron en calidad de testaferros de intereses occidentales. En particular, los ojos ávidos de los banqueros se fijaron en el petróleo del Cáucaso. Así como Lenin y su subalterno Nikolai Bujarin elevaron al estadounidense Armand Hamer a principal explotador del petróleo de Bakú mediante su empresa Occidental Petroleum, una nueva camada de personeros se apoderó de los yacimientos y los ductos de gas y petróleo de la Federación Rusa al desplomarse la Unión Soviética.
Las mafias rusas no tuvieron empacho en negociar con los intereses menos confesables del exterior, mientras hombres como Yeltsin seguían cumpliendo las funciones heredadas del mediático Gorbachov.
Parecía que muerto el stalinismo, no quedaban contendientes para el desenfadado entusiasmo liberal. No había adversarios a la vista. Pero Fukuyama, como el déspota soviético - Stalin preguntó alguna vez socarronamente: “¿Cuántas divisiones tiene el Papa?” - olvidó que el factor religioso tiene algo que ver en la conciencia del hombre. Y las permanentes críticas de Juan Pablo II al capitalismo salvaje se unieron a la teoría de “Los dos Satanes” esgrimida por el ayatollah Khomeini en nombre de Alá. Dos fuerzas espirituales, que a menudo se enfrentaron durante la historia, coincidieron en combatir desde sus primeros atisbos lo que se daría en llamar la “globalización”; para algunos la “tiranía de los banqueros”, para otros, el Imperio Anglosajón. Sumadas las dispersas huestes de la ex izquierda marxista, en el Tercer Mundo y en el interior de las naciones ricas nació una fuerza contestataria que se expresa en el campo intelectual y en el de las movilizaciones populares.
Además de la batalla en el plano de la cosmovisión, podemos observar hoy conflictos de carácter geopolítico y geoeconómico que se libran en diversos planos.
Alguien dijo que la nueva “guerra fría” ya estalló entre el dólar y el euro; es decir, entre el Imperio Anglosajón, con la alianza permanente de Israel y, por el momento transitoria, de la España de José María Aznar y Juan Carlos de Borbón, fiel este último a la tradición anglófila de su dinastía.
LA NUEVA GUERRA FRIA
Lester Thurow, asesor de Bill Clinton, auguró en 1996 momentos de zozobra para el capitalismo y dijo que Estados Unidos padece, más que disfruta, su condición de superpotencia militar mundial. “No son las armas la respuesta en el mundo multipolar, sino la habilidad para colocar capitales, ganar mercados y dominar en otro estilo, en guerras que no dejarán muertos sino grandes espacios económicos que pasarán de mano en mano”, dijo.
La nueva guerra fría que afronta Estados Unidos no tiene -a juicio de muchos expertos - a Bin Laden como principal enemigo, sino al euro. Su mayor debilidad es la fragilidad del dólar, que profundiza la recesión norteamericana, aumenta el déficit y fortalece a la divisa europea. No sólo el país está endeudado, sino sus ciudadanos. La deuda interna es del orden de los u$s 6 billones (millón de millones), el 10% de los créditos bancarios es incobrable y los débitos personales son de u$s 1,7 billón , equivalente al doble de la incobrable deuda externa de América Latina.
La Reserva Federal estimula la economía con tasas bajas e inyecciones permanentes de circulante. Uno de los resultados ha sido que el oro subió de u$s 320 dólares la onza y pasó el nivel de los u$s 400. El gobierno Bush publicita una reactivación económica lograda en base a aumentar el gasto militar, controlando el precio del crudo en Medio Oriente y recortando u$s 670.000 millones en impuestos. El método, señalan los entendidos, se utilizó en el período 1982-90. Hubo una recuperación, pero la deuda pública explotó de 27% en 1980 a 63% en 1993.
El poder adquisitivo del dólar decreció un 90% desde 1950. El nivel de vida de los norteamericanos se sostuvo con emisión monetaria. ¿Por qué esa sobreoferta de circulante no desató la inflación. En EE.UU. - señalan los expertos - circulan u$s 600.000 mil millones. El resto es atesorado como reserva por instituciones financieras, empresas y particulares de otros países, sobre todo en los bancos centrales de Japón y China-Hong Kong. La demanda foránea de dólares se mantuvo alta sustrayéndolos de circulación y manteniendo apreciado su valor. El mundo convierte los dólares de sus exportaciones en dinero local, cuyo incremento hace subir los precios internos. Así, al “exportar” inflación, Estados Unidos importa deflación de precios. Los norteamericanos compran bienes en el extranjero, pagan con dólares que vuelven al país, ingresan a bancos y fondos de inversión y son prestados a los mismos estadounidenses para que sigan comprendo. Un negocio redondo, afirman los entendidos.
La amenaza de la recesión impulsa a los sectores de la producción de EE.UU a desear ardientemente una devaluación.. Este fenómeno se esta produciendo y el euro se está acercando a u$s 1,25. El dólar barato erosiona la competitividad europea y la consolidación de un mercado mundial del euro, hecho que no sólo preocupa a los europeos, sino también a Japón, China y Rusia.
Irak empezó a vender su combustible en euros a fines de 2000. En Rusia e Irán también existe la tentación de fijar el crudo en esa divisa. Y en ámbitos de la OPEP se analiza la conveniencia de cotizar el petróleo en euros considerando que Europa es el principal socio económico de la región, una de las razones que explica la negativa de la Unión Europea a sumarse a la cruzada de Bush en Irak. Pero si el petróleo se cotizara en euros, a EE.UU. le costaría casi 25% más.
LUCHA POR EL PETROLEO RUSO
El analista Miguel Espiña, de quien tomamos muchos datos, afirma en un análisis que “EE.UU. podría perder a manos del euro su dominio de las finanzas mundiales, con lo que se esfumaría su control sobre el FMI y el Banco Mundial.
Mientras, Vladimir Putin parece representar el renacimiento del histórico nacionalismo ruso, tras el interregno marcado por Gorbachov y su apertura indiscriminada hacia Occidente. Durante más de una década las multinacionales del petróleo norteamericanas realizaron “joint ventures” con las ex república soviéticas islámicas que bordean el Mar Caspio. El propósito era bombear crudo barato a través de Turquía a los mercados occidentales. Putin mostró la firmeza de su decisión al arrestar a Mikhail Khodorkosky, quien en 1995 compró en un procedimiento fuertemente cuestionado la empresa Yukos en no más de u$s 200 millones, a pesar de que su valor real se estima en no menos de u$s 14.000 millones. Yukos controla dos tercios de las estratégicas tuberías de petróleo de Rusia y estaba a punto de ser vendida su mayoría accionaria a Exxon Mobil, la multinacional norteamericana. Khodorkovsky fue detenido por fuerzas de seguridad rusas mientras al parecer intentaba huir hacia el exterior vía Vladivostok.
Las autoridades fiscales denunciaron a Yukos por una deuda al fisco de alrededor de u$s 5.000 millones, en lo que al parecer es un intento de obligarla a ceder sus acciones a su rival OAG Sibneft. Funcionarios de las naciones occidentales manifestaron alarma por lo que estiman pueda convertirse en una “persecución selectiva”.
Simultáneamente Rusia dio claras señales de que está dispuesta a desplegar su propia estrategia frente a la creciente presencia yanqui en una región que considera históricamente parte de su esfera de influencia. Esta jugada se suma a un despliegue militar que reverdece la pretensión protagónica de la única potencia con capacidad nuclear disuasiva frente a los Estados Unidos. El líder ruso recordó que sus arsenales cuentan con una significativa reserva de SS-19, misiles balísticos intercontinentales que nunca se habían desplegado anteriormente.
NUEVO PANORAMA ESTRATÉGICO
Pero los observadores militares acuerdan particular significación a otros hechos:
Rusia habría desplegado sus más avanzados misiles nucleares tácticos en territorio de Siria e Irán, como elemento de presión ante Israel, que amenaza con utilizar su arsenal atómico para resolver su conflicto con el mundo árabe. El proyectil ruso es el P270 Moskit (Mosquito), bautizado por la OTAN como el SS-N-22 “Sunburn” (Quemadura de Sol). Puede ser lanzado desde rampas instaladas en buques, aviones y plataformas móviles montadas en camiones, vuela a más de 2000 kilómetros/hora, con capacidad para llegar en tres minutos desde Damasco a Tel Aviv con una carga de 200 kilotones de potencia. Esta arma será sustituida progresivamente por el misil ONIX, SS-N-25, con alcance de 200 kilómetros, volando a una altitud de sólo 15 metros del suelo. No hay por el momento, ningún sistema efectivo de defensa.
Desde 2001 las flotas de Rusia y China en el Pacífico han sido equipadas con los misiles Sunburn, con lo que Moscú pretende demostrar que puede equilibrar, con su despliegue de tecnología militar de avanzada, el enorme poderío de la flota de los Estados Unidos. Un proyectil lanzado por un submarino a distancia prudencial será suficiente para aniquilar a los grandes portaaviones, base de la estrategia norteamericana.. En septiembre el destructor chino “Fuzhou”disparó un Sunburn con ojiva de práctica que impactó con sorprendente precisión en un navío localizado a más de 60 millas náuticas del punto de lanzamiento. Desde entonces Corea del Norte desapareció de los discursos del presidente Bush en los que era incluida entre los componentes del Mal Absoluto. A fines de mayo, coincidiendo con los preparativos de invasión de Irak, por primera vez en diez años, Moscú desplegó un pequeña flota armada con esos proyectiles en el Océano Indico con funciones de “observación”.
El 24 de Octubre último Putin abrió una nueva base aérea rusa en Kant, Kyrgyzstan, dotada de los modernos aviones Sukhoi 27, provistos de lanzadores de misiles, a apenas 20 millas de la base que EE.UU. arrendó en Manas para apoyar operaciones antiterroristas en Afganistán. Los chinos, por su parte, instalaron sus propios Sukhoi 27, en el campo de aviación de Kashi, cercano a la frontera de aquel país. Es difícil suponer que no fue un movimiento concertado por ambas potencias para redifinir los límites de acceso norteamericano al Hemisferio Oriental, según interpretación de especialistas en estrategia.
CHINA NUEVA GRAN POTENCIA
China, la gran potencia emergente de fines del siglo XX y comienzos del XXI, se convierte en uno de los principalísimos protagonistas de la geopolítica actual. Su formidable tasa de desarrollo económico ha despertado un voraz apetito por el petróleo y su necesidad en la materia está transformando el mercado energético global, el medio ambiente y la política del mundo.
El país superó en 2003 a Japón como segundo consumidor de hidrocarburos, después de Estados Unidos. En los 10 primeros meses sus importaciones crecieron 30% respecto del mismo período del año anterior. Se espera que llegarán a 4 millones de barriles diarios para 2010 y a 10 millones diarios para el 2030, aproximadamente lo que importa hoy Estados Unidos. El centro mundial de gravedad del mercado mundial de energía está cambiando y esto explica por qué los analistas estiman que se acentuará en el futuro el alineamiento estratégico del gigante asiático con Rusia, segundo productor mundial de petróleo.
Las compras chinas a la OPEP ayudaron a los países productores de petróleo a sostener el precio del barril en un piso de u$s 30 durante gran parte del año.
Esta demanda genera efectos geopolíticos en Estados Unidos, donde el Pentágono examinó las consecuencia de que China y Arabia Saudita estrecharan sus lazos. China está expuesta en Medio Oriente, fuente de la mitad de sus importaciones, pero con un matiz: la energía que necesita depende cada vez más de las flotas estadounidenses que custodian los envíos petroleros. Los líderes chinos recuerdan que el presidente Roosevelt, al estrangular el acceso japonés a las materias primas, en particular los combustibles, prácticamente fue corresponsable del ataque contra su flota del Pacífico el 7 de diciembre de 1941.
De ahí que los asesores de George Bush se muestren preocupados por la perspectiva de que Pekín se convierta en competidor por la influencia en el Medio Oriente. Y con mucha más razón sigan de cerca las relaciones del gigante asiático con la Federación Rusa. Los dirigentes chinos observaron la debilidad que implica para la autosuficiencia reclamada por el Partido Comunista la necesidad de importar energía y llegaron a la conclusión de que era imperiosa una alianza estratégica con Moscú.
CHINA SE ACERCA AL PLATA
Parafraseando un dicho italiano de hace algunas décadas (“LaCina si avicina” - “China se acerca”) ese lejano país nunca estuvo más cerca de la Argentina que en 2003. En los primeros días de diciembre nuestro país dio el primer paso para dejar de ser exportador únicamente de productos agrícolas para ampliar su oferta comercial. En canciller Rafael Bielsa, al término de su viaje a Oriente informó que era un error considerar a China únicamente como mercado potencial de 1400 millones de personas, “porque lo más interesante que ofrece es la posibilidad de encontrar socios locales parea emprendimientos que se complementen”.
Como ejemplos mencionó las gestiones iniciadas en materia de biotecnología, informática, tecnología aeroespacial y el uso para fines pacíficos y medicinales de la energía nuclear.
El secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Martín Redrado, coincidió con Bielsa y subrayó que las ventas argentina a China se incrementaron este año 142% y que las importaciones desde la nación oriental crecieron a un ritmo similar.
Algunos hechos permitirán percibir la importancia que adquiere esta iniciativa.
La siderúrgica Tenaris (Grupo Techint) llegó a un acuerdo con la empresa china Tienjing para radicar una planta de terminación de tubos para la industria petrolera de alto valor agregado. La planta china dará terminación a los tubos fabricados en la Argentina o en las otras plantas que el grupo posee en México, Italia, Japón, Canadá, Brasil y Venezuela.
Daimler Benz-Crysler exportará 1500 unidades de sus utilitarios Sprinter al mercado chino.
Biosidus cerró un acuerdo con la empresa china Genon para iniciar la producción de medicamentos para el tratamientos de cáncer y hepatitis. La firma argentina, que el año pasado obtuvo la primer vaca clonada de América Latina, comenzará a exportar animales vivos a China.
Aerolíneas Argentinas iniciará los primeros vuelos directos entre ambas naciones.
La empresa INVAP, de tecnología de avanzada, proveerá una fuente fría cuyo objeto es captar los neutrones que se liberan durante la actividad del reactor nuclear del centro chino situado en la provincia de Sichuan. Esta posibilidad surgió a raíz del vínculo que INVAP logró con el Instituto de Física de San Petersburgo para la provisión de equipamiento ruso para el reactor que construye en Australia.
Existen otros emprendimientos argentinos en China, entre los cuales la provisión de grúas pórtico y turbinas hidráulicas por IMPSA (Pescarmona) y las incursiones de bodegas mendocinas en el mercado chino de vinos.
PROPUESTAS RUSAS
El 15 de diciembre representantes de varias empresas rusas se reunieron con el ministro de Planificación, Julio De Vido, para considerar las perspectivas de establecer acuerdos comerciales y productivos. Aunque sólo fueron los primeros contactos, se supo que los rusos manifestaron su interés por participar de los proyectos de electrificación de los ramales ferroviarios de las ex líneas San Martín y Belgrano, con un eventual desembolso de u$s 500 millones, el dragado de la Cuenca del Río Salado, por unos u$s 200 millones, la construcción de coches ferroviarios para exportar a Brasil, la fabricación de lanchas patrulleras para controlar la pesca en el Atlántico Sur y la conversión de camiones y ómnibus para ser propulsados con gas licuado de petróleo.
Los grupos argentinos Techint, Pescarmona, Loma Negra, Ledesma y Aeropuertos Argentinos también han propuesto encarar negocios con Rusia. El empresario Ara Abramian, del grupo Soglasie, declaró que es la primera vez en la historia que hombres de negocios de su país encaran un proyecto de este tipo . “Pensamos en la Argentina - dijo - como base para expandirnos al resto de América Latina”.
Mientras se abrían interesantes perspectivas para abrir el comercio argentino hacia destinos no tradicionales, se conocía un informe de la asociación civil Fundes Argentina, integrada por Fundes Suiza y el grupo Techint, sosteniendo que para las pequeñas y medianas empresas del país las amenazas superan a las oportunidades que supondrá un ALCA integral. Por lo que parece más interesante un acuerdo “light” que no implique una apertura automática del mercado argentino a los productos norteamericanos.
REPLANTEO ESTRATÉGICO
Después de los desastrosos resultados de la servil política de las “relaciones carnales” de la presidencia Menem, el replanteo estratégico que se vislumbra en la política exterior argentina abre un ventana de aire más oxigenado, menos asfixiante. En lugar de proclamarnos “aliados extra-OTAN” de los Estados Unidos, podremos apelar a la aparentemente cínica, pero en el fondo sabia máxima inglesa en materia de relaciones exteriores y sostener que “la Argentina no tiene aliados permanentes; tiene intereses permanentes”
En los dos últimos siglos las potencias marítimas, desde Gran Bretaña hasta los Estados Unidos han incursionado en la América Latina y en particular en la Argentina, para obtener jugosos dividendos especulativos, comprar insumos baratos y disponer de mano de obra casi a precio vil. En buen romance, hemos pagado muy caro, hasta con el hambre y la marginalidad de nuestras poblaciones. la sumisión a las metrópolis de turno.
Hemos visto que el mundo se encamina hacia un nuevo equilibrio de poder. Si es así, habrá llegado el momento de pensar en los intereses de nuestra Patria, de nuestra gente y movernos con prudencia, pero determinación, hacia el logro de las condiciones que nos permitan un desarrollo autónomo de nuestra potencialidad - mucho más importante de lo que muchos sospechan - y la confirmación de que nuestro objetivo es ser una Nación que no aspira a ser más que nadie, pero menos que ninguno.
Cerón - Diciembre 2003
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