Por : Antonio Flores Gavilán
Indudablemente la Civilizacion Occidental del cual nos nutrimos culturalmente tiene en la Antigua Roma la matriz civilizatoria y por ende muchas de sus instituciones como conceptos filosoficos hasta el dia de hoy son ejercitados, su influencia cultural es muy poderosa incluso los idiomas que hablamos tiene su origen en esta Importante Cultura que regio y domino el mundo antiguo por mil años. dejamos con ustedes este post.
LA GEOGRAFÍA DE ROMA Y SUS BENEFICIOS
Roma Estaba emplazada en la región central de Italia, sobre los márgenes del río Tíber, que constituía un punto de enlace y comunicación de llanuras importantes. Además, el río le facilitaba a Roma una salida directa al mar.
Italia está situada en un lugar clave, en el centro del Mediterráneo, y forma una península que divide este mar en dos cuencas: el Mediterráneo occidental y el Mediterráneo Oriental.
Roma Estaba emplazada en la región central de Italia, sobre los márgenes del río Tíber, que constituía un punto de enlace y comunicación de llanuras importantes. Además, el río le facilitaba a Roma una salida directa al mar.
Italia está situada en un lugar clave, en el centro del Mediterráneo, y forma una península que divide este mar en dos cuencas: el Mediterráneo occidental y el Mediterráneo Oriental.
//
LA FUNDACIÓN DE ROMA
Según la tradición romana, la ciudad de Roma fue fundada en el año 753 a.C. por los gemelos Rómulo y Remo a las orillas del Tíber. Siendo muy pequeños, los hermanos habían sido arrojados en una canasta al río Tíber para salvarlos del odio de un rey usurpador, su tío. Una loba los encontró en una orilla y los amamantó junto a sus cachorros. Luego fueron recogidos y criados por pastores. Años después, ya adultos, se vengaron de su tío y fundaron una nueva ciudad: Roma. Posteriormente, los hermanos pelearon entre sí; Rómulo resultó vencedor y se convirtió en el primer rey de Roma. Esta leyenda encierra algunos datos para tener en cuenta, como el interés de los romanos por confirmar el destino militar de Roma, basándose en que Rómulo y remo eran hijos de Marte, dios de la guerra.
Los historiadores han dividido la historia de Roma en tres períodos, de acuerdo con la forma de gobierno: la monarquía, la república y el imperio.
LA MONARQUÍA ROMANA
En sus inicios, Roma fue una ciudad-estado gobernada por:
* El rey: Era elegido por la Asamblea y duraba en su cargo de por vida. A su muerte, el poder volvía al Estado. El Senado designaba a un rey interino entre sus integrantes, hasta el nombramiento de un sucesor.
* El Senado: Lo integraban los jefes de las familias patricias, el grupo social más poderoso. Sus funciones en esta época eran esencialmente consultivas: asesorar al rey en sus actividades.
* La Asamblea: Formada exclusivamente por los patricios, sus funciones eran variadas e incluían las legislativas, las judiciales y la elección de los reyes.
La monarquía romana se mantuvo vigente por más de dos siglos, hasta el año 509 a.C, cuando una revolución terminó con ella. El primer monarca fue Rómulo. Los últimos monarcas pertenecieron a una dinastía extranjera: los etruscos conquistaron la ciudad y la gobernaron hasta que fueron expulsados por los romanos. El último rey fue Tarquino “el Soberbio”. Los patricios romanos organizaron una revolución para terminar con la dominación etrusca y su monarquía. Tarquino fue derrotado y se inauguró la República Romana.
LA FUNDACIÓN DE ROMA
Según la tradición romana, la ciudad de Roma fue fundada en el año 753 a.C. por los gemelos Rómulo y Remo a las orillas del Tíber. Siendo muy pequeños, los hermanos habían sido arrojados en una canasta al río Tíber para salvarlos del odio de un rey usurpador, su tío. Una loba los encontró en una orilla y los amamantó junto a sus cachorros. Luego fueron recogidos y criados por pastores. Años después, ya adultos, se vengaron de su tío y fundaron una nueva ciudad: Roma. Posteriormente, los hermanos pelearon entre sí; Rómulo resultó vencedor y se convirtió en el primer rey de Roma. Esta leyenda encierra algunos datos para tener en cuenta, como el interés de los romanos por confirmar el destino militar de Roma, basándose en que Rómulo y remo eran hijos de Marte, dios de la guerra.
Los historiadores han dividido la historia de Roma en tres períodos, de acuerdo con la forma de gobierno: la monarquía, la república y el imperio.
LA MONARQUÍA ROMANA
En sus inicios, Roma fue una ciudad-estado gobernada por:
* El rey: Era elegido por la Asamblea y duraba en su cargo de por vida. A su muerte, el poder volvía al Estado. El Senado designaba a un rey interino entre sus integrantes, hasta el nombramiento de un sucesor.
* El Senado: Lo integraban los jefes de las familias patricias, el grupo social más poderoso. Sus funciones en esta época eran esencialmente consultivas: asesorar al rey en sus actividades.
* La Asamblea: Formada exclusivamente por los patricios, sus funciones eran variadas e incluían las legislativas, las judiciales y la elección de los reyes.
La monarquía romana se mantuvo vigente por más de dos siglos, hasta el año 509 a.C, cuando una revolución terminó con ella. El primer monarca fue Rómulo. Los últimos monarcas pertenecieron a una dinastía extranjera: los etruscos conquistaron la ciudad y la gobernaron hasta que fueron expulsados por los romanos. El último rey fue Tarquino “el Soberbio”. Los patricios romanos organizaron una revolución para terminar con la dominación etrusca y su monarquía. Tarquino fue derrotado y se inauguró la República Romana.
LA REPÚBLICA ROMANA
Luego de la revolución del 509 a.C, se instaló la República que se mantuvo por más de cinco siglos, hasta el 27 a.C. A lo largo de este tiempo sufrió transformaciones: primero fue una república aristocrática, luego llegó a ser casi democrática, aunque mantenía privilegios de fortuna; posteriormente el gobierno quedó en manos de una oligarquía.
El término república (del latín res publica: cosa pública) indicaba que los ciudadanos romanos eran quienes tomaban las decisiones en las cuestiones que pertenecían a la comunidad, y quienes integraban y dirigían las cuestiones del Estado.
Durante este momento Roma se convirtió en la mayor potencia europea y en el imperio dominante de la región mediterránea. Tras la muerte de Alejandro Magno, Roma reemplazó en el tiempo a sus herederos y absorbió a Grecia y Macedonia, entre otros territorios. Venció a Cartago en una serie de guerras (las guerras púnicas) y se adueñó de las riquezas y los territorios de esta ciudad-estado del norte de África
Luego de la revolución del 509 a.C, se instaló la República que se mantuvo por más de cinco siglos, hasta el 27 a.C. A lo largo de este tiempo sufrió transformaciones: primero fue una república aristocrática, luego llegó a ser casi democrática, aunque mantenía privilegios de fortuna; posteriormente el gobierno quedó en manos de una oligarquía.
El término república (del latín res publica: cosa pública) indicaba que los ciudadanos romanos eran quienes tomaban las decisiones en las cuestiones que pertenecían a la comunidad, y quienes integraban y dirigían las cuestiones del Estado.
Durante este momento Roma se convirtió en la mayor potencia europea y en el imperio dominante de la región mediterránea. Tras la muerte de Alejandro Magno, Roma reemplazó en el tiempo a sus herederos y absorbió a Grecia y Macedonia, entre otros territorios. Venció a Cartago en una serie de guerras (las guerras púnicas) y se adueñó de las riquezas y los territorios de esta ciudad-estado del norte de África
EL IMPERIO
Diversos ingredientes favorecieron la concentración del poder: la colosal superficie del Imperio, el gobierno de muchas provincias a cargo de jefes del ejército y los constantes enfrentamientos. Cada guerra civil finalizó con la concentración del poder político en un solo hombre, hecho que al reiterarse fue modificando el tradicional funcionamiento de las instituciones republicanas.
El imperio comienza en Roma con Octavio en el 27 a. C. La palabra imperium designaba el mando supremo, el poder de los más altos cargos públicos, que Octavio fue acumulando poco a poco.
El emperador será el jefe supremo civil, militar y religioso. Los emperadores romanos asociaron a su nombre los títulos de:
- Princeps, primero entre iguales, suponía el poder político.
- Imperator, comandante, suponía el poder militar.
- Augustus, venerable, alude a la superioridad personal del emperador.
Augusto (Octavio), estableció en Roma un sistema de carácter monárquico pero de apariencia republicana. El Senado continuaba siendo en apariencia el órgano más importante del gobierno, pero Augusto se preocupó por controlar su funcionamiento. Redujo el número de sus miembros a 600 y le quitó el manejo de la política exterior, con lo que ya no tendría control sobre el ejército; en política interna, si bien el Senado mantuvo parte de su actividad legislativa, Augusto hacía uso de la prerrogativa, es decir, el derecho a expresar antes que los demás su opinión, sin que los otros lo contradijeran.
La antigua oligarquía había sido derrotada y el nuevo grupo social que controlaba el estado estaba integrado en su mayoría por los ecuestres o publicanos (grandes comerciantes y financistas), sector al que había pertenecido la propia familia de Augusto. Junto a estos grupos comerciales y financieros, el apoyo principal de Augusto era el Ejército.
Diversos ingredientes favorecieron la concentración del poder: la colosal superficie del Imperio, el gobierno de muchas provincias a cargo de jefes del ejército y los constantes enfrentamientos. Cada guerra civil finalizó con la concentración del poder político en un solo hombre, hecho que al reiterarse fue modificando el tradicional funcionamiento de las instituciones republicanas.
El imperio comienza en Roma con Octavio en el 27 a. C. La palabra imperium designaba el mando supremo, el poder de los más altos cargos públicos, que Octavio fue acumulando poco a poco.
El emperador será el jefe supremo civil, militar y religioso. Los emperadores romanos asociaron a su nombre los títulos de:
- Princeps, primero entre iguales, suponía el poder político.
- Imperator, comandante, suponía el poder militar.
- Augustus, venerable, alude a la superioridad personal del emperador.
Augusto (Octavio), estableció en Roma un sistema de carácter monárquico pero de apariencia republicana. El Senado continuaba siendo en apariencia el órgano más importante del gobierno, pero Augusto se preocupó por controlar su funcionamiento. Redujo el número de sus miembros a 600 y le quitó el manejo de la política exterior, con lo que ya no tendría control sobre el ejército; en política interna, si bien el Senado mantuvo parte de su actividad legislativa, Augusto hacía uso de la prerrogativa, es decir, el derecho a expresar antes que los demás su opinión, sin que los otros lo contradijeran.
La antigua oligarquía había sido derrotada y el nuevo grupo social que controlaba el estado estaba integrado en su mayoría por los ecuestres o publicanos (grandes comerciantes y financistas), sector al que había pertenecido la propia familia de Augusto. Junto a estos grupos comerciales y financieros, el apoyo principal de Augusto era el Ejército.
La Sociedad romana.
La población romana está constituida por dos grandes bloques humanos: hombres libres y esclavos. Los hombres libres pueden ser ciudadanos (cives) o extranjeros (peregrini). A estos últimos se les permite residir en Roma, pero carecen de derechos políticos.
Los hombres libres se dividían en:
Patricios: eran los descendientes de los primitivos romanos, y constituyen la aristocracia de la sangre. Sólo ellos, como ciudadanos romanos, tenían derecho a votar y ocupar cargos políticos y religiosos. Además, constituían el sector más rico, dueño de grandes extensiones de tierra.
Plebeyos: forman la mayoría de la población en Roma, y proceden sobre todo de los pueblos sometidos y de la inmigración. Se los consideraba hombres libres pero no ciudadanos, por lo tanto se hallaban excluídos de la vida política y también religiosa (no participaban del culto oficial). Les estaba prohibido contraer matrimonio con integrantes del patriciado. Los plebeyos eran en gran parte campesinos, comerciantes y artesanos.
Tras la expulsión de los reyes (509 a. C.), comienzan las luchas sociales entre patricios y plebeyos, con la exigencia de éstos del reconocimiento de sus derechos políticos y civiles. A partir del 302 a. C. la plebe consigue el acceso a todas las magistraturas.
Otra categoría dentro de los hombres libres la constituían los llamados clientes. Se trataba de ciudadanos libres que voluntariamente se ponían bajo la protección de una persona rica (patronus –patrón-). El patricio les brindaba ayuda económica y los defendía ante la justicia. A cambio, los clientes lo acompañaban en la guerra y lo ayudaban en algunos trabajos.
Los esclavos eran sólo cosas, no seres humanos. El poder de sus amos sobre ellos era ilimitado, pudiendo incluso darles muerte. El esclavo carece de bienes personales y no puede contraer matrimonio legal; podían elegir una compañera de esclavitud para celebrar con ella un matrimonio entre esclavos.
Los esclavos podían recuperar su libertad (manumisión), bien como recompensa a una buena conducta bien porque el propio esclavo se la compraba a su amo. El esclavo manumitido se denominaba liberto, que goza de derechos limitados y continúa debiendo a su antiguo dueño respeto y fidelidad.
Las actividades comerciales, como también las artesanales, estaban en su mayor parte en manos de esclavos y libertos, porque los hombres libres, aunque fuesen pobres, consideraban estas profesiones como indignas de ellos.
La mujer en la Antigüedad.
En Roma, en los primeros tiempos, el pater familias tenía un completo control sobre su esposa y su familia, pero en general la ley romana concedía a la mujer más derechos que la griega. No vivían recluidas en casa y comían con sus esposos; eran libres para abandonar la casa y visitar no sólo tiendas, sino también lugares públicos como teatros y juzgados. Muchas mujeres romanas de clase elevada eran influyentes y tomaban parte activa en los asuntos sobre los que se discutía en sus casas.
La mujer romana se casaba generalmente entre los trece y los diecisiete años. Una vez dentro de su casa, la mujer ocupaba una posición bastante independiente, sobre todo en época imperial, cuando se consideró a la mujer como propietaria de los bienes que ella había aportado al matrimonio. Así era lógico que las mujeres empuñasen con frecuencia las riendas de la casa, mandando en ellas más que el marido e incluso sobre él.
La economía en Roma
La base de la economía romana era la agricultura y la ganadería y el comercio:
Agricultura y ganadería: Aunque la actividad política y cultural se centraba en las ciudades, la mayoría de los habitantes vivían en el campo, donde cultivaban la tierra y cuidaban del ganado. La agricultura era de propiedad comunal. Aunque, con el tiempo, también sería privada. El régimen de tenencia era la pequeña propiedad, puesto que cada familia tenía lo que podía explotar directamente.
Los cultivos más importantes eran los de trigo, vid y olivo, y también árboles frutales, hortalizas, legumbres y lino.
Los romanos mejoraron las técnicas agrícolas. Introdujeron la arada romana, molinos más eficaces, como el de grano, la prensa de aceite, técnicas de regadío y el uso de abono.
La base económica de Roma, en la época de la monarquía, era la ganadería. Esta era de propiedad privada,
Comercio: Dada la posición de la ciudad, en una importante ruta comercial, cada vez más los romanos se dedicaron al comercio; principalmente de productos agrícolas, ganaderos, sal, manufacturas etruscas e importaciones griegas y fenicias. Hasta mediados del siglo IV a.C. Roma no acuñó moneda, y se pagaba con el peso en bronce.
LEGADO DEL IMPERIO ROMANO
Los romanos no fueron los primeros cristianos. Por el contrario, alimentaban a los leones con ellos por pura diversión. Sin embargo, una vez convertido oficialmente al cristianismo, el Imperio Romano promovió, reforzó y difundió esa religión en Europa, el oeste asiático, el norte de África hasta donde se extendían sus dominios.
La propia Roma se convirtió en capital de la cristiandad y hoy es sede de la Iglesia católica romana.
¿Cómo se detecta hoy la influencia de Roma? En primer lugar la lengua romana, el latín, es la base no sólo del italiano sino del francés, el castellano, el portugués y el rumano. También dejó fuertes huellas en idiomas no latinos como el inglés.
La población romana está constituida por dos grandes bloques humanos: hombres libres y esclavos. Los hombres libres pueden ser ciudadanos (cives) o extranjeros (peregrini). A estos últimos se les permite residir en Roma, pero carecen de derechos políticos.
Los hombres libres se dividían en:
Patricios: eran los descendientes de los primitivos romanos, y constituyen la aristocracia de la sangre. Sólo ellos, como ciudadanos romanos, tenían derecho a votar y ocupar cargos políticos y religiosos. Además, constituían el sector más rico, dueño de grandes extensiones de tierra.
Plebeyos: forman la mayoría de la población en Roma, y proceden sobre todo de los pueblos sometidos y de la inmigración. Se los consideraba hombres libres pero no ciudadanos, por lo tanto se hallaban excluídos de la vida política y también religiosa (no participaban del culto oficial). Les estaba prohibido contraer matrimonio con integrantes del patriciado. Los plebeyos eran en gran parte campesinos, comerciantes y artesanos.
Tras la expulsión de los reyes (509 a. C.), comienzan las luchas sociales entre patricios y plebeyos, con la exigencia de éstos del reconocimiento de sus derechos políticos y civiles. A partir del 302 a. C. la plebe consigue el acceso a todas las magistraturas.
Otra categoría dentro de los hombres libres la constituían los llamados clientes. Se trataba de ciudadanos libres que voluntariamente se ponían bajo la protección de una persona rica (patronus –patrón-). El patricio les brindaba ayuda económica y los defendía ante la justicia. A cambio, los clientes lo acompañaban en la guerra y lo ayudaban en algunos trabajos.
Los esclavos eran sólo cosas, no seres humanos. El poder de sus amos sobre ellos era ilimitado, pudiendo incluso darles muerte. El esclavo carece de bienes personales y no puede contraer matrimonio legal; podían elegir una compañera de esclavitud para celebrar con ella un matrimonio entre esclavos.
Los esclavos podían recuperar su libertad (manumisión), bien como recompensa a una buena conducta bien porque el propio esclavo se la compraba a su amo. El esclavo manumitido se denominaba liberto, que goza de derechos limitados y continúa debiendo a su antiguo dueño respeto y fidelidad.
Las actividades comerciales, como también las artesanales, estaban en su mayor parte en manos de esclavos y libertos, porque los hombres libres, aunque fuesen pobres, consideraban estas profesiones como indignas de ellos.
La mujer en la Antigüedad.
En Roma, en los primeros tiempos, el pater familias tenía un completo control sobre su esposa y su familia, pero en general la ley romana concedía a la mujer más derechos que la griega. No vivían recluidas en casa y comían con sus esposos; eran libres para abandonar la casa y visitar no sólo tiendas, sino también lugares públicos como teatros y juzgados. Muchas mujeres romanas de clase elevada eran influyentes y tomaban parte activa en los asuntos sobre los que se discutía en sus casas.
La mujer romana se casaba generalmente entre los trece y los diecisiete años. Una vez dentro de su casa, la mujer ocupaba una posición bastante independiente, sobre todo en época imperial, cuando se consideró a la mujer como propietaria de los bienes que ella había aportado al matrimonio. Así era lógico que las mujeres empuñasen con frecuencia las riendas de la casa, mandando en ellas más que el marido e incluso sobre él.
La economía en Roma
La base de la economía romana era la agricultura y la ganadería y el comercio:
Agricultura y ganadería: Aunque la actividad política y cultural se centraba en las ciudades, la mayoría de los habitantes vivían en el campo, donde cultivaban la tierra y cuidaban del ganado. La agricultura era de propiedad comunal. Aunque, con el tiempo, también sería privada. El régimen de tenencia era la pequeña propiedad, puesto que cada familia tenía lo que podía explotar directamente.
Los cultivos más importantes eran los de trigo, vid y olivo, y también árboles frutales, hortalizas, legumbres y lino.
Los romanos mejoraron las técnicas agrícolas. Introdujeron la arada romana, molinos más eficaces, como el de grano, la prensa de aceite, técnicas de regadío y el uso de abono.
La base económica de Roma, en la época de la monarquía, era la ganadería. Esta era de propiedad privada,
Comercio: Dada la posición de la ciudad, en una importante ruta comercial, cada vez más los romanos se dedicaron al comercio; principalmente de productos agrícolas, ganaderos, sal, manufacturas etruscas e importaciones griegas y fenicias. Hasta mediados del siglo IV a.C. Roma no acuñó moneda, y se pagaba con el peso en bronce.
LEGADO DEL IMPERIO ROMANO
Los romanos no fueron los primeros cristianos. Por el contrario, alimentaban a los leones con ellos por pura diversión. Sin embargo, una vez convertido oficialmente al cristianismo, el Imperio Romano promovió, reforzó y difundió esa religión en Europa, el oeste asiático, el norte de África hasta donde se extendían sus dominios.
La propia Roma se convirtió en capital de la cristiandad y hoy es sede de la Iglesia católica romana.
¿Cómo se detecta hoy la influencia de Roma? En primer lugar la lengua romana, el latín, es la base no sólo del italiano sino del francés, el castellano, el portugués y el rumano. También dejó fuertes huellas en idiomas no latinos como el inglés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario