El coronel Muamar Gadafi anunció este viernes la apertura de los arsenales "para armar al pueblo" y llamó a sus partidarios a "defender a Libia" contra la sublevación que se hizo con el control del oriente del país y amenaza con derribar al régimen que fundó hace 42 años.
Gadafi, en su primer mensaje en una plaza pública después de que estalló el levantamiento popular contra su Gobierno, pidió a sus simpatizantes aplastar cualquier intento de derrocarlo, tal como resistió el pueblo libio a la colonización italiana y a los bombardeos estadounidenses.
"Prepárense para defender el petróleo, para defender la dignidad", arengó el 'Guía de la Revolución' libia, de 68 años, a una multitud en la plaza Verde de Trípoli."Nosotros podemos derrotarlos con el pueblo armado (...)
El pueblo que no me quiere no merece la vida", agregó, cubierto con un gorro de piel con orejeras, con el micrófono en la mano izquierda y gesticulando con el puño derecho alzado. También pidió a los jóvenes "que vivan la vida con orgullo, que bailen, que canten".
Esto, mientras sus fuerzas reprimían ferozmente los focos insurreccionales al oeste de la capital.
Sin embargo, en la noche del viernes, el hijo mayor de Gadafi, Saif al Islam, reconoció que las tropas de su padre habían perdido el control de la región oriente y lanzó un llamado a los rebeldes a dialogar.
"Más allá de Misrata y Zawiya (donde hay combates), todo está en calma (...) Las negociaciones están avanzando y somos optimistas", expresó. En Nueva York, entre tanto, un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, redactado por potencias occidentales, advertía a Gadafi que la represión podría considerarse como crimen de lesa humanidad.
Los países de la UE se dijeron dispuestos a imponer una zona de exclusión aérea para impedir el despegue de aviones militares libios, si así lo decidiera la ONU. Y Washington dijo que avanzaba en adoptar medidas unilaterales y multilaterales de castigo contra el régimen. El Consejo de Derechos Humanos de la ONU, además, reclamó la exclusión de Libia.
El régimen enfrentaba, también la deserción de numerosos jerarcas. Los últimos en anunciar su defección fueron los embajadores de Libia en Francia y ante la Unesco, y la delegación libia ante la ONU dijo que dejó de responder a las instrucciones del régimen de Gadafi y pidió a la comunidad internacional que intervenga para detener la "matanza".
"El fin del régimen está cerca", dijo en una conferencia de prensa el embajador adjunto de Libia, Ibrahim Dabashi. Según Dabashi, la represión ha llevado a la muerte de miles, no de cientos.
Gadafi, según fuentes opositoras en Baida (este), concentró en la capital a unos 9.000 milicianos jamis, con tanques y aviones. Esas milicias tienen ese nombre por estar al mando de Jamis Miniat Gadafi, uno de sus siete hijos.
Esto alimenta aún más las versiones de que ambos bandos se preparan para la gran batalla por Trípoli, la capital, que es la fortaleza del líder.
Numerosos países aceleraban la evacuación de sus ciudadanos. Un barco fletado por Estados Unidos zarpó ayer con destino a Malta con "más de 300 personas a bordo", más de la mitad de ellos ciudadanos estadounidenses, anunció el Departamento de Estado.
China lanzó una gigantesca operación, que ya permitió llevar por transbordador hasta la isla griega de Creta a miles de chinos que trabajaban en los sectores ferroviario, petrolero o de telecomunicaciones de Libia.
Decenas de miles de tunecinos y egipcios ya regresaron por vía terrestre a sus países.
El Consejo de Seguridad de la ONU negociará hoy la manera de sancionar al régimen de Muamar Gadafi.
Los embajadores de los 15 países miembros reanudarán el diálogo para tratar de superar las diferencias que impidieron la adopción el viernes de un proyecto de resolución de Francia y el Reino Unido.
El documento incluye la declaración de un embargo de armas a Libia y pide a la Corte Penal Internacional (CPI) que investigue la posible comisión de crímenes de guerra y contra la humanidad durante la represión de las protestas. Este último es el punto de mayor divergencia.
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