miércoles, 23 de febrero de 2011

Un Gadafi desafiante promete morir como un martir

Un desafiante Muamar Gadafi afirmó estar dispuesto a morir como "un mártir" en Libia, y prometió aplastar una revuelta en la que que las regiones orientales se han liberado de 41 años bajo su control y que derivó en disturbios mortales en la capital.

Gadafi, ataviado con una túnica marrón, se mostró furioso y golpeó el atril ante el que hablaba el martes en el exterior de una de sus residencias, dañada en 1986 en un bombardeo en el que Estados Unidos intentó asesinarlo. A su lado se erigía un monumento de un puño gigante aplastando un jet estadounidense.

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"No voy a dejar esta tierra, moriré aquí como un mártir", dijo Gadafi en el canal estatal, negándose a ceder a las demandas de algunos de sus propios ministros, diplomáticos, soldados y manifestantes que han desafiado la dura represión y pedido que se marche.

La última deserción de las filas oficialistas llegó de la mano de un importante asesor de su hijo Saif al Islam.

"Dimití de la Fundación Gadafi el domingo para expresar mi horror ante la violencia", dijo Yusef Sawani en un mensaje de texto enviado a un corresponsal de Reuters. Sawani era el director ejecutivo de la fundación, considerada el principal vehículo de Saif al Islam para utilizar su influencia.

Las masivas protestas en los vecinos Túnez y Egipto derrocaron a sus veteranos presidentes, pero Gadafi dijo que no se irá por la rebelión que barre este país petrolero de siete millones de habitantes, que se extiende del Mediterráneo al Sáhara.

"Me voy a mantener aquí desafiante", agregó Gadafi, quien ha gobernado con una mezcla de populismo y estrecho control desde que llegó al poder en 1969 con un golpe de Estado.

En Nueva York, el Consejo de Seguridad de la ONU condenó el martes por la noche el uso de la violencia en Libia e hizo un llamamiento para que los responsables de los ataques contra civiles rindan cuentas ante la justicia.

La agitación en Libia, que produce casi el dos por ciento del petróleo del mundo, envió los precios del crudo Brent de Londres por encima de los 108 dólares el barril, un máximo en dos años y medio, y desencadenó el peor día en Wall Street desde agosto debido a que los inversores.

La Casa Blanca dijo que la comunidad internacional debe unir su voz ante la "atroz violencia" en Libia y la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, señaló que su país tomará "medidas apropiadas" en su momento.

Pero Washington tiene poca influencia sobre Libia, que había sido su adversaria hasta que en 2003 la nación africana accedió a abandonar un programa de armas de destrucción masiva y actuó para resolver las reclamaciones por el atentado de Lockerbie en 1988.

Gadafi no cede. En su exaltado discurso de 75 minutos afirmó que los manifestantes son "ratas y mercenarios" que merecen la pena de muerte. Afirmó que enviaría gente para "limpiar Libia casa por casa" a menos que se rindan.

También instó al pueblo tomar las calles para mostrar su lealtad. "Todos aquellos que aman a Muamar Gadafi, salid a las calles, no tengáis miedo de ellos (...) Persegudlos, arrestadlos, entregadlos a las (fuerzas de) seguridad", pidió.

LSegún l agencia de noticias oficial, Gadafi habló con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, al que le dijo que "Libia está bien, su pueblo está (...) aferrándose a su seguridad".

Sin embargo, el ministro británico de Exteriores, William Hague, señaló que hay "muchos indicios de que la estructura del Estado (se está) colapsando en Libia". Varios países europeos y de la región están intentando evacuar a sus ciudadanos en Libia por avión.

En una señal de su creciente aislamiento, diplomáticos libios en Naciones Unidas y otros países rompieron filas e instaron a las naciones extranjeras a ayudar a detener la violencia.

Perú, que no tiene una embajada en Libia pero si un embajador en Trípoli, suspendió sus relaciones diplomáticas con el país africano mientras "no cese la violencia en contra del pueblo".

Algunos ministros y embajadores han abandonado a Gadafi.

La cadena Al Yazira informó de que el ministro del Interior libio, Abdel Fattah Younes al Abidi, dimitió para apoyar la revuelta. El canal emitió un vídeo que mostraba a Abidi sentado en su escritorio leyendo un comunicado en el que también instó al Ejército libio a unirse al pueblo y a sus "demandas legítimas".

¿CONTROL DEL GOBIERNO?

Varios cientos de personas participaron el martes en una marcha en favor de Gadafi en la plaza Verde del centro de Trípoli, según un reportero de Reuters en el lugar. Exclamaron lemas como "¡Nuestro líder!" y "¡Seguimos tu camino!" y ondearon banderas verdes libias y levantaron retratos del líder.

"Hay varios cientos de partidarios (de Gadafi) abriéndose paso por el centro de la ciudad. Van en coches, haciendo mucho ruido y llevando su retrato", dijo un vecino de esta ciudad costera de dos millones de habitantes clave para controlar Libia.

Un portavoz de Gobierno acusó a los medios internacionales de exagerar la gravedad de la situación en el país. Pero grandes extensiones del país ya no están bajo control del Gobierno.

En Sabratah, unos 80 kilómetros al oeste de la capital, las fuerzas armadas desplegaron a un "gran número" de soldados después de que manifestantes destruyeran casi todas las oficinas de los servicios de seguridad, según el diario online Quryna.

El este de la nación productora de gas y crudo ya no está bajo control de Gadafi, según dijeron varios soldados rebeldes en la ciudad de Tobruk a un periodista de Reuters en el lugar.

Residentes de Tobruk aseguraron que la ciudad llevaba tres días en manos del pueblo y que el humo visible procedía de un depósito de municiones bombardeado por soldados leales a uno de los hijos de Gadafi. Se escuchaban explosiones esporádicas.

"Todas las regiones orientales están fuera del control de Gadafi ahora (...) La gente y el Ejército están juntos aquí", señaló el ahora mayor retirado del Ejército Hany Saad Marjaa.

Al menos 62 personas han muerto en Trípoli en los últimos dos días, además de la cifra de 233 muertos indicada anteriormente, según Human Rights Watch, pero los grupos opositores dan cifras mucho mayores. Naji Abu Ghrouss, un funcionario del ministerio del Interior, dijo que 197 civiles y 111 militares han perecido, pero no ofreció un periodo de tiempo.

"NO RENDIRNOS"

Las noticias de la sangrienta represión han presionado al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para que intervenga y algunos políticos de su país han criticado su silencio y pedido acciones militares que van desde bombardear las bases aéreas libias hasta bloquear zonas del espacio aéreo.

La agencia de refugiados de Naciones Unidas (ONU) exhortó a los vecinos de Libia a dar refugio a quienes huyen de los disturbios. Cientos de refugiados se dirigían a Egipto a bordo de tractores y camiones, describiendo una ola de matanza y pillaje desatado por la revuelta.

En la ciudad oriental de Al Bayda, uno de sus vecinos, Marai Al Mahry dijo por teléfono a Reuters que 26 personas, incluyendo a su hermano Ahmed, murieron a tiros durante la noche a manos de leales de Gadafi. "Te disparan sólo por caminar por la calle", dijo, llorando inconsolablemente mientras pedía ayuda.

Los manifestantes eran atacados con tanques y aviones de guerra, aseguró. "Lo único que podemos hacer ahora es no rendirnos, no entregarnos, no retroceder. Moriremos de cualquier forma, nos guste o no. Está claro que no les interesa si vivimos o no. Esto es genocidio", dijo Mahry, de 42 años.

Los nuevos líderes militares de Egipto, que asumieron el poder tras el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak el 11 de febrero, dijeron que el principal cruce con Libia estará abierto las 24 horas del día.

En el lado libio de la frontera con Egipto, rebeldes anti Gadafi armados con palos y rifles de asalto Kalashnikov daban la bienvenida a los visitantes. Uno de ellos sostenía una foto de Gadafi con el lema "el tirano carnicero, asesino de libios", reportó un corresponsal de Reuters que cruzó a Libia.

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